Esta bióloga colombiana puede darse el lujo de disfrutar de su pasión por tomar fotos mientras bucea en las profundidades del océano, al tiempo que trabaja en la conservación coralina. También esculpe cerámica, talento heredado de su abuela.
Ahora tiene una nueva afición: se compró un surf de remo –paddle boarding- en el que viene sosteniéndose mucho más, aunque, confiesa entre risas, haciendo un poco de trampa en los mares tranquilos que tiene Nassau por estos días.
Esta mujer, de espíritu aventurero y oceánico se ha dedicado más de 20 años a sumergirse en el estudio de los arrecifes coralinos. Fue directora de la fundación Ecomares del que aún hace parte, y actualmente es investigadora senior del Perry Institute for Marine Science.
Hizo parte de la campaña #SalvemosVaradero a través de la cual el país conoció la problemática de este arrecife en peligro de desaparecer si se construye otro canal de acceso a la bahía de Cartagena.
“Te aseguro que si lo hacen también van a aumentar las olas y tendrá un efecto sobre la erosión costera y sobre las propiedades de las personas que viven en Boca Chica”, manifiesta.
Valeria, como conservacionista, tiene un enfoque hacia la restauración de los corales, en especial el que se realiza a través de la reproducción sexual, aunque siente que falta todavía mucha conciencia ambiental para la protección coralina.
“Más que proteger es pensar cómo dependemos de esos ecosistemas para poder ser efectivos en el manejo y la conservación”, afirma.
Por eso, cuando se le pregunta sobre la importancia de cuidarlos, no ahorra palabras sobre lo que significan los corales para el planeta.
“Sabemos cuáles son los servicios ecosistémicos de los arrecifes: construyen playas blancas que tanto nos gustan, tienen alta biodiversidad, la pesquería, protección de las olas y de los huracanes”, explica.
Frente a las dificultades para conservar corales en Colombia expresa esperanza en el trabajo de fundaciones como Ecomares, que han logrado apoyos de entidades nacionales e internacionales.
Por eso, en su lista de deseos, está el de regresar en el mediano plazo para seguir trabajando en la protección de nuestros arrecifes coralinos.
También anhela que la sensibilización, lograda por su trabajo y el de sus colegas, permita que personas de profesiones y oficios más diversos se involucren en el cuidado de los corales en frentes como la comunicación, la educación y el trabajo social por las comunidades costeras.
“Un hito para mí es haber encontrado los corales en mi vida, cada vez que aprendo algo de ellos es más apasionante” Valeria Pizarro.