Ríos de plástico flotando en los océanos, playas desiertas llenas de basura, redes que asfixian a las especies marinas y millones de partículas suspendidas en el agua son escenas cotidianas para aquellas organizaciones que trabajan por la protección de las fuentes hídricas. Estas imágenes nos invitan a reflexionar sobre el impacto de nuestros hábitos de consumo y desecho.
El próximo 21 de septiembre celebraremos el Día Mundial de la Limpieza Subacuática y de Playas. Desde la Agenda del Mar queremos enfatizar el objetivo con el que surgió esta iniciativa instituida por The Ocean Conservancy: más allá de recolectar residuos sólidos, se busca modificar, a partir de la reflexión y la interacción con los ecosistemas, los comportamientos que causan la contaminación.
Desde la Agenda del Mar tenemos un compromiso latente con la generación de consciencia entorno al impacto que tienen los residuos plásticos y su mala disposición en nuestros ecosistemas marinos. Por lo tanto creamos campañas de limpieza con diferentes organizaciones que comparten nuestro mismo propósito, con el fin de, no solo recolectar los residuos, sino también adelantar procesos formativos para las comunidades que habitan las playas y las zonas costeras, al igual que los voluntarios y colaboradores que nos acompañan, quienes recuerdan que el mar y su bienestar empieza desde nuestros hogares en las ciudades al interior del país.
Es así como, el año pasado realizamos varias limpiezas con colaboradores como la Embajada Británica en Colombia, Fundación Grupo Argos, Fondo Presente, Prosegur y Sura; en las playas de San Andrés, Coveñas, Santa Marta y Cartagena. En total recolectamos alrededor de 2000 kilos de residuos y contamos con el apoyo de casi 550 voluntarios.
Además, este año estamos apoyando la iniciativa de la marca de Nestlé, ‘Cocosette’, llamada ‘Playa Limpia’, la cual surge con el objetivo de generar un impacto real y duradero en las playas y comunidades del país. Consiste en generar una campaña de premios a los usuarios del producto, cuyo fin es recolectar los empaques de las galletas Cocosette, a parte de escoger 5 ganadores que acompañarán la limpieza de alguna playa del país en el mes de septiembre. Estos empaques recolectados sirven para elaborar ladrillos ecológicos que serán utilizados para la construcción de la casa de la encargada del reciclaje en Bahía Solano: la señora María.
Por otro lado, es importante reconocer el panorama desde las cifras para medir su impacto. Según Raúl Carvajal, Gerente Senior de Conservación Marina y Costera en CI-Ecuador, los océanos albergan más del 50% de la biodiversidad del planeta. Sin embargo, cada año, casi 8 millones de toneladas de residuos plásticos acaban en las costas y mares, provocando la contaminación de los ecosistemas y una grave amenaza para nuestra biodiversidad.
Además, Greenpeace reporta que el 74% de los envases plásticos utilizados en nuestro país terminan en vertederos, contribuyendo significativamente al problema ambiental. Estos envases no están diseñados para ser reutilizados o reciclados de manera eficiente, lo que resulta en una acumulación de desechos plásticos en fuentes hídricas y ecosistemas marinos. Una vez que los plásticos llegan al mar, pueden ser ingeridos por la fauna marina, quedándose atrapados en su sistema digestivo, o pueden flotar en la superficie, permanecer suspendidos en el agua, o incluso hundirse hasta el lecho marino, donde pueden permanecer durante años.
En este orden de ideas, la implementación de la Ley 2232 de 2022, que prohíbe algunas categorías de plásticos de un solo uso, es un paso crucial hacia la solución del problema. Esta entró en vigencia desde el pasado 7 de julio pero su instauración ha encontrado obstáculos. La ley prohíbe ciertas categorías de plásticos de un solo uso de inmediato, mientras que otras se retirarán gradualmente hasta 2030.
La reglamentación correspondiente, que debía ser emitida por el Ministerio de Ambiente, se retrasó, generando inquietudes en el sector productivo. Cristian Halaby, presidente de la Cámara Ambiental del Plástico, señala que la normativa tendría que haber sido emitida el 7 de enero de 2023, para que la industria tuviera un año y medio para adaptarse. Sin embargo, pocos meses antes de que la ley entrara en vigencia aún no existía. Esta situación plantea la pregunta: ¿qué garantías se le ofrecen al sector productivo para que la transición no represente tantas pérdidas y sea posible mantener el enfoque ambiental?
Es imperativo transformar el rumbo. Si no cambiamos nuestras prácticas, para 2050 los océanos tendrán más plástico que peces en términos de peso y el 99% de las aves marinas habrán ingerido plástico. Esta sombría proyección subraya la urgencia de tomar medidas concretas y sostenibles para proteger nuestros océanos y la vida que albergan.
No obstante, cada acción cuenta. Ser conscientes de nuestras prácticas de consumo en el día a día y el impacto que estas tienen en los ecosistemas, es la vía para generar cambios desde la acción. Implementar prácticas que reemplacen aquellos hábitos que hemos consolidado a lo largo de los años representa un primer paso en este proceso de adaptación a un mundo con menos plástico.
Te invitamos a empacar bolsas de tela o bolsas reutilizables cuando vayas de compras, a llevar un termo contigo en lugar de comprar agua en botellas o bolsas y a disponer adecuadamente los residuos plásticos enfatizando en las “R’s ecológicas”, como parte de aquellas acciones que por más mínimas que parezcan, pueden ayudar a reducir el casi un kilo de plásticos que produce un ser humano al día.
En este Día Mundial de la Limpieza Subacuática y de Playas, invitamos a todos a reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo y a participar activamente en la conservación de nuestros océanos. Ya sea a través de la reducción del uso de plásticos, la participación en actividades de limpieza o el apoyo a políticas ambientales, cada acción cuenta.
Únete al reto para eliminar el plástico de un solo uso.
