Hola amigo lector; nuevamente, juntos; te confieso, estaba ansioso por este momento, el mes pasado, nuestra amiga estrella de mar nos estaba contando acerca del fascinante mundo de los equinodermos. Si no leíste la primera parte de esta historia sobre los equinodermos, te invito a que lo hagas en: Octopus y los equinodermos.
Lamentablemente, por temas de espacio en el Correo de Ultramar, me tocó interrumpirla, cosa que no me gusta hacer con mis invitados. Pero bueno, aquí estamos de nuevo con ella, con…. ¿cómo es que es tu nombre científico?
E/ Oreaster Reticulatus
O/ Eso, gracias. Así que, cedo la palabra a mi amiga… Oreaster reticulatus.
E/ Gracias mi amigo Octopus. Como te contaba, los equinodermos somos un grupo de animales marinos muy particular, dividido en cinco subgrupos: lirios de mar (crinoideos), estrellas quebradizas (ofiuroideos), estrellas de mar (asteroideos), erizos de mar (equinoideos) y pepinos de mar (holoturoideos). La vez pasada, te hablé sobre los lirios de mar y las estrellas quebradizas; aún quedan tres grupos y, como ya Octopus me recomendó no extenderme demasiado, voy a tratar de ser lo más concisa posible. Aquí vamos…
Voy a dejar mi grupo, los asteroideos para el final y voy a arrancar con los erizos de mar. Este es un grupo muy especial, ya que no presenta brazos como las estrellas o lo lirios, sino que su cuerpo está cubierto por espinas más o menos largas, según la especie; además son espinas que se articulan al cuerpo, lo que les permite moverlas. Digamos que hay dos grupos según la forma y según donde viven; como ya sabes, son animales que viven en el fondo (bentónicos), los erizos regulares viven sobre fondo duro, como rocas; también, los puedes encontrar en las praderas de pastos marinos, que suelen visitar ya que pueden encontrar gran cantidad de alimento, pero luego regresan a las zonas rocosas o arrecifales donde tienen sus madrigueras donde pasan el día escondidos, lo que nos hace concluir que son mucho más activos en las noches. Su cuerpo es como un globito, aplanado en la parte inferior y redondeado en la parte superior. Son capaces de desplazarse sobre el fondo con la ayuda de unos podios (pies) y utilizan sus espinas para empujarse a manera de palanca.
Foto erizo de mar (Diadema antillarum)
Todos se alimentan raspando las algas, bacterias, organismos que forman costras y restos orgánicos que se encuentran sobre las superficies duras, utilizando una estructura muy compleja que los científicos llaman la “linterna de Aristóteles”, formada por un buen número de pequeños huesos, cinco de los cuales utilizan como dientes y que sacan fuera de la boca a medida que se van desplazando; aunque son muy lentos, al final del recorrido puedes ver cómo “tallaron” la roca, dejando la huella de su recorrido.
Los hay de espinas largas y puntudas que les sirve como una forma de defensa, como el erizo de espinas largas de las Antillas (Diadema antillarum), muy común en nuestro arrecife. Es una especie muy útil para el ecosistema, ya que mantiene a raya esas especies, particularmente, las algas que podrían competir con los corales por espacio; recordemos que las algas crecen mucho más rápido que los corales y fácilmente, pueden cubrirlos, haciendo que muera esa parte del coral. Hay una historia que cuentan mis abuelos es que hace muchos años, en nuestro arrecife, la mayoría de los erizos de esta especie murieron, lo que llevó a que, en pocos años, se incrementara la cantidad de algas que empezaron a cubrir esas áreas que pastaban los erizos y se dio una competencia desigual con los corales. Hoy en día, su población se ha recuperado, en parte y si sales a pasear en las noches, verás una buena cantidad de estos erizos en plena faena de alimentación, sobre todo en zonas poco profundas. Es muy curioso, ya que los puedes ver con espinas de color negro, color blanco o una combinación de las dos, la mitad del erizo con espinas blancas y la otra mitad con espinas negras.
Algunos erizos tienen espinas mucho más cortas y las utilizan, junto con sus podios, para adherir pequeños trozos de piedras, madera u hojas y colocarlos sobre su dorso, digamos que lo que pretenden es esconderse de sus depredadores, especialmente, porque suelen visitar zonas arenosas o zonas de pastos marinos, donde son fáciles de ver.
Hay otro tipo de erizos que no tienen la forma tradicional, sino que son más aplanados, como las galletas de mar o dólares de mar. Están adaptados para vivir enterrados en la arena o fondos blandos, en general. Su cuerpo está cubierto por muchísimas más espinas que los erizos tradicionales, pero diminutas. Las utilizan para la locomoción y la excavación y a mantener limpia de sedimentos la superficie de su cuerpo. Se alimentan de partículas orgánicas muy pequeñitas que hay en el fondo que excavan.
Pasemos al siguiente grupo, los holoturoideos, más conocidos como los pepinos de mar. Son los más raros del grupo, ya que su forma no se parece en nada a los demás equinodermos. Su cuerpo tiene forma de salchicha, con una boca al frente y un ano atrás, no tienen espinas ni brazos. Todos son filtradores y consumidores de materia orgánica que se encuentra en el fondo; para eso, tienen un círculo de tentáculos ramificado, alrededor de la boca.
Los puedes ver arrastrándose, lentamente, por el fondo o escondidos en pequeñas cuevas o debajo de las piedras. Utilizan sus podios para reptar y afianzarse. El típico pepino de mar que puedes encontrar en el arrecife es el que tiene forma cilíndrica, arrugado, gordito y oscuro – ¿sabes qué nombre le pusieron los humanos?… Pepino bollo de burro. Ya sabrás el porqué. Para no dejarlo tan bajo, su nombre científico es Holothuria mexicana. Eso ya le da un poco más de estatus (jejeje).
Algunas especies no tienen esos podios para desplazarse sino que lo hacen mediante contracciones de su cuerpo de atrás hacia adelante, como mi amigo el pepino de mar de piel pegajosa (Euapta lappa), que más parece un gusano gigante que un pepino de mar. Es activo en las noches y, aunque tiene una apariencia terrorífica, ya que se está desplazando a través de contracciones del cuerpo, con sus tentáculos fuera de la boca (evaginados), no es ninguna amenaza para criatura alguna, solo está buscando su alimento, que no son más que partículas suspendidas en el agua.
Foto Euapta lappa –Andrés Obregón
Otro muy particular es el pepino cola de tigre, es al que yo llamo el pepino de caucho, ya que puede estirarse y alcanzar mucha mayor longitud que cuando está encogido: es claro que su textura es blanda. También suele ser más activo en las noches, te lo puedes encontrar muy extendido con su gran boca contra el fondo, aspirando el fondo y escogiendo lo que le pueda servir de alimento. Cuando es perturbado, inmediatamente, se empieza a encoger
O/ Mi amiga… creo que, de nuevo, hemos sobrepasado el espacio que nos asignan en el Correo de Ultramar.
E/ Oh nooo, y aún me falta hablar sobre las estrellas de mar. Será que nos regalan otro espacio en tu próximo encuentro? Lamento haberme extendido tanto. Auch! Es que hay tantas cosas que contar y tan interesantes.
O/ No te preocupes, cuenta con eso, yo me encargo. Por ahora, despidámonos y ya nos volveremos a ver. Esperemos, amigo lector, que hayas disfrutado y aprendido algo sobre estas particulares criaturas sobre las que nos contó nuestra amiga estrella de mar. No olvides, compartir esta información con tus familares y amigos y, por ahora, te deseamos…
¡BUEN VIENTO Y BUENA MAR!
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