El buceo es una actividad fascinante y desafiante que atrae a personas de todo el mundo. Sin embargo, históricamente ha sido un campo dominado por hombres, como muchos otros. Afortunadamente, en las últimas décadas, las mujeres han emergido como figuras destacadas en el mundo del buceo, rompiendo barreras y demostrando que el agua –ya sea en mares, ríos o lagos– es un lugar para todas y todos.
Desde hace varios siglos, las mujeres han mostrado interés y habilidad en esta actividad, desempeñando un papel crucial en su historia y desarrollo. Las amas de Japón y las haenyeo de la República de Corea, conocidas como “mujeres del mar”, son buceadoras tradicionales que han recolectado perlas, mariscos, algas y otras especies marinas durante siglos. Bucean sin equipos de respiración, utilizando técnicas de apnea transmitidas de generación en generación; sin embargo, cada vez son menos las que se interesan en esta labor y, actualmente, la mayoría de las “mujeres del mar” tienen 50 años o más, por lo que también se les conoce como las “abuelas buceadoras”, ya que son escasas las jóvenes que se dedican a aprender esta tradición. Por fortuna, en 2016, la cultura de las haenyeo de la isla de Jeju fue integrada a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, lo que ayudará a la conservación de esta práctica ancestral.
En la década de 1940, la pionera estadounidense Dottie Frazier se convirtió en la primera mujer instructora de buceo, y también fue la primera que diseñó y fabricó trajes para bucear. Su trabajo no solo abrió puertas para las mujeres en este campo, sino que también ayudó a mejorar la seguridad y el confort de los y las buzos.
Hoy en día, las mujeres están liderando expediciones, investigando ecosistemas acuáticos y estableciendo récords mundiales. Algunas de las figuras más notables incluyen a la estadounidense Sylvia Earle, una renombrada científica y exploradora que ha pasado una buena parte de su vida bajo el agua y ha sido una incansable defensora de la conservación marina, liderando diferentes organizaciones y proyectos, uno de los cuales es Mission Blue, gracias al cual se identifican Hope Spots, o “lugares de esperanza”, los cuales son sitios críticos para la salud de los océanos (uno de los sitios recientemente identificados por este programa es el golfo de Tribugá, en el Pacífico colombiano).
Otra figura destacada es Cristina Zenato, una buceadora italiana conocida por su pasión por los tiburones y su habilidad para interactuar con estos depredadores marinos y retirarles anzuelos cuando quedan enganchados en su boca. Su trabajo no solo ha contribuido a conocer más sobre los tiburones, sino que también ha ayudado a cambiar la percepción pública que se tiene de estos animales.
Por supuesto, las mujeres latinoamericanas también están dejando una huella significativa en el mundo del buceo. Un ejemplo destacado es la mexicana Camila Jaber, apneísta que, a través del arte, genera conciencia sobre los problemas del océano y los ecosistemas de agua dulce. En 2021, ganó el premio CreateCOP26 con el video Soy cenote, el cual llama la atención sobre el impacto negativo que la industria del turismo, el desarrollo urbano y el uso de agroquímicos tienen sobre estos ecosistemas acuáticos.
Buceadoras colombianas que inspiran
En Colombia, las mujeres también han jugado un papel crucial en el avance del buceo. Científicas, deportistas, divulgadoras, instructoras… En la Agenda, hemos tenido la fortuna de trabajar y compartir con estas buzos que nos inspiran con su vocación y liderazgo.
Ciencia: Elvira Alvarado, Maria Claudia Diazgranados y Paula Zapata
- Científicas. Mujeres formadas en las ciencias de la vida y la tierra, en su mayoría biólogas marinas, todas buceadoras que se sumergen en las profundidades del océano, ya sea con el traje de neopreno puesto, o frente a un monitor analizando los datos y la información recogida en sus proyectos de investigación. Algunas de las buceadoras que han puesto su conocimiento al servicio del océano son: Elvira Alvarado, directora de Ecomares; María Claudia Díazgranados, directora senior del Programa de Carbono Azul de Conservation International; Paula Sierra, coordinadora de Investigación e Información para Gestión Marina y Costera del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar); Paula Zapata, profesora investigadora de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB); Sandra Bessudo fundadora y directora ejecutiva de la Fundación Malpelo y Otros Ecosistemas Marinos; y Valeria Pizarro, investigadora The Perry Institute for Marine Science y miembro de Ecomares.
- Deportistas. Marcela Ávila y Sofía Gómez, apneístas que han llevado el nombre de Colombia a nivel internacional con su excelente desempeño e inquebrantable disciplina.
- Divulgadoras. Se destacan Claudia Bahamón, con su proyecto BeClá; María José Ospina, una figura clave en la educación y concientización sobre temas marinos en Colombia. Con sus proyectos ayudan a aumentar la conciencia pública sobre la importancia del cuidado del ambiente.
- Instructoras. El buceo colombiano cuenta con instructoras fabulosas como Beatriz Ossa, de Diving Planet; Carolina Riveros, de Arrecifes del Pacífico; Isabel Giraldo, de Cartagena Divers; y Gloria Giraldo, de Travel & Diving. Todas ellas son destacadas en su oficio, apasionadas por la exploración submarina y por la conservación del océano. Han formado a varias generaciones de buzos, transmitiendo no solo habilidades técnicas, sino también un profundo respeto y amor por el mar.
Instructoras: Carolina Riveros, Isabel Giraldo y Gloria Giraldo
Brechas de género, un lastre
A pesar de los logros del feminismo, en la sociedad persisten las brechas de género, y el ámbito del buceo no es ajeno a ello. Por ejemplo, de acuerdo con PADI, en 2023, solo el 20 % de sus instructores eran mujeres, y según el programa Coral Catch, las mujeres representan menos del 40 % de buzos en el mundo, además, las disparidades de género persisten no solo en la industria del buceo sino en las ciencias marinas en general, ámbitos en los cuales los estereotipos y sesgos, el acceso a los recursos, los roles impuestos y las violencias basadas en género representan barreras para la participación equitativa de las mujeres.
Así pues, los estereotipos de género podrían estar provocando que se asocie el buceo con características que se consideran predominantemente masculinas, como la fuerza física y la valentía, lo que podría disuadir a las mujeres de involucrarse en esta actividad. En adición, dado que históricamente ha habido menos mujeres en posiciones de liderazgo en el buceo, esto produce en ellas la sensación de no pertenecer a este campo ya que no encuentran modelos femeninos a seguir. Así mismo, en términos generales, la brecha salarial y la dificultad para obtener recursos económicos limitan el acceso a equipos, formación y oportunidades de desarrollo en el buceo, ya que esta es una actividad que de por sí resulta costosa para la mayoría de las personas.
Otro factor que merma la participación de las mujeres en este campo es el hecho de que estas suelen desempeñar roles de cuidadoras en sus hogares (independientemente de que tengan empleo o no), esto limita el tiempo y los recursos que pueden dedicar a actividades como el buceo. Finalmente, las mujeres a menudo enfrentan ambientes de trabajo y estudio hostiles y no inclusivos, lo que puede incluir desde microagresiones hasta acoso y abuso, por lo que prefieren alejarse de entornos en donde haya predominancia de hombres.
Deportistas: Marcela Ávila y Sofía Gómez
¡Por más buceadoras en el mundo!
La inclusión de más mujeres en el buceo no solo es una cuestión de igualdad, sino que también enriquece el campo con nuevas perspectivas y habilidades. Las mujeres aportan diferentes enfoques y soluciones a los problemas, lo que conduce a innovaciones significativas en la investigación y conservación de ecosistemas acuáticos. En este sentido, existen iniciativas que buscan promover la participación de las mujeres en el buceo.
Una de estas es el Día Internacional de la Mujer en el Buceo, iniciativa creada por PADI en 2015, y que consiste en dedicar el tercer sábado de julio al reconocimiento de las contribuciones de las mujeres en este campo, destacar y promover su participación, así como fomentar la comunidad y el apoyo entre buceadoras de todo el mundo. Durante esta celebración, se llevan a cabo diversas actividades, como inmersiones grupales, talleres, seminarios y eventos de networking. Estas actividades no solo celebran los logros de las mujeres en el buceo, sino que también ofrecen oportunidades para que las buceadoras se conecten, compartan experiencias y aprendan unas de otras. Además, este día sirve como una plataforma para sensibilizar sobre los desafíos que enfrentan las mujeres en este campo y para abogar por un mayor apoyo y recursos para ellas. Es una oportunidad para inspirar a nuevas generaciones de mujeres a explorar las maravillas de los ecosistemas marinos –y acuáticos en general– y a contribuir al conocimiento y la conservación de estos.
Además, existe el Salón de la Fama de la Mujer en el Buceo (WDHOF, por su sigla en inglés), una organización sin fines de lucro fundada en 1999 con el fin de reconocer las contribuciones de las mujeres pioneras, líderes e innovadoras en los diversos campos del buceo, así como para promover carreras y oportunidades para las mujeres en la comunidad del buceo en todo el mundo.
Otro ejemplo es Girls that Scuba que, según su sitio web, es la comunidad de buceo para mujeres más grande del mundo, cuya misión es alentar a más mujeres a bucear, empoderar a aquellas que ya bucean, e incrementar la representación femenina en esta industria. Esta comunidad fue creada en 2016 por Sarah Richard cuando era la única divemaster mujer en un barco en Micronesia. Al buscar sin éxito otras mujeres para charlar sobre submarinismo, decidió crear un grupo de Facebook para mujeres que bucean; este espacio tuvo una gran acogida y fue creciendo hasta convertirse en una comunidad organizada que ofrece múltiples actividades para buceadoras y motiva a otras mujeres a ingresar en este increíble mundo.
Por otro lado, Coral Catch, es un programa que busca construir una red de cien mujeres líderes en la protección de los arrecifes coralinos de Indonesia –uno de los países que más habitantes musulmanes tiene en el mundo–, empoderándolas a través de una propuesta holística que incluye educación, mentoría y recursos, además de fomentar una comunidad solidaria e inclusiva para las estudiantes.
Divulgadoras: Claudia Bahamón y Maria José Ospina
Todas estas iniciativas –y otras más– son importantes porque ayudan a visibilizar a las mujeres, empoderarlas y animarlas a ser parte del buceo, desde diferentes frentes (recreativo, científico, industrial, ambiental, deportivo, entre otros). Las mujeres son una fuerza poderosa en el buceo, aportan valor y rompen estereotipos en cada inmersión. Al celebrar sus logros y abordar los desafíos persistentes, es posible asegurar un futuro en el que las personas, independientemente de su género, puedan explorar y proteger los ecosistemas acuáticos. ¡Nuestro Planeta Azul está lleno de posibilidades para todas y todos!
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