Se trata de Vida Manglar, una alianza interinstitucional del Ministerio de ambiente de Colombia, la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y del San Jorge (CVS), la Corporación Autónoma Regional de Sucre (CARSUCRE), la Fundación Omacha, El Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), Conservación Internacional Colombia y comunidades de mangleros organizados ubicados en el Golfo de Morrosquillo.
Mediante actividades de conservación, uso sostenible, restauración, fortalecimiento de la gobernanza local, monitoreo y control de los manglares y la biodiversidad del golfo, la iniciativa busca contribuir a que Colombia se acerque cada vez más a cumplir con el objetivo de volverse un país carbono neutral que, en otras palabras, significa alcanzar un balance cero entre las emisiones y absorciones de carbono.
Gracias al apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y recursos del Gobierno del Reino Unido, así como de otros donantes nacionales e internacionales, actualmente Vida Manglar avanza hacia la ampliación de su cobertura en el departamento de Sucre. Las zonas priorizadas para esa expansión son las áreas protegidas de Distrito de manejo Integrado del Sistema de Manglar y Lagunar de la Ciénaga de la Caimanera (Coveñas) y Parque Regional Natural del sistema manglárico de la Boca de Guacamaya (Tolú), bajo la jurisdicción de CARSUCRE, siempre y cuando cumplan con los criterios de adicionalidad requeridos por el estándar.
¿Cómo los manglares del Golfo de Morrosquillo reducen las emisiones de carbono?
Los manglares tienen la capacidad de almacenar dióxido de carbono (CO2) por miles de años y sus suelos contienen hasta 10 veces más que los bosques y las sabanas tropicales. Dado que dichos ecosistemas son propios de las costas oceánicas, al CO2 que capturan se le conoce como carbono azul. Si los manglares se degradaran o desaparecieran, liberarían ese carbono, convirtiéndose en una fuente importante de gases de efecto invernadero que intensificaría los impactos del cambio climático.
Desde sus inicios, Vida Manglar ha buscado demostrar la efectiva reducción de emisiones de carbono en los manglares del Golfo de Morrosquillo. Por esta razón cuenta con la aprobación de Verra — la empresa certificadora de mercados de carbono con mayor reconocimiento en el mundo —, bajo los estándares de VCS (Carbono verificado) y CCB (Clima, Comunidad y Biodiversidad) para el periodo correspondiente a las actividades realizadas entre 2015 y 2018.
A partir de este momento la iniciativa acudió a la venta de créditos de carbono azul o aquellos adquiridos por empresas, organizaciones o individuos que desean recibir certificados en los que se avala su contribución directa a la mitigación del cambio climático. Durante la primera ronda de venta, Vida Manglar logró que empresas privadas internacionales compraran los créditos de la iniciativa en su totalidad.
La mayoría de estos recursos han sido reinvertidos en el área certificada de la implementación del proyecto, incluyendo la consolidación de un equipo técnico local, la promoción de alternativas económicas adicionales, el monitoreo de la biodiversidad y el control de los tensores que amenazan la salud del ecosistema, entre otros.
“Vida Manglar es la garantía de conservación del sistema socioecológico de manglar en el Golfo de Morrosquillo” Alejandro de la Ossa, Subdirector de Asuntos Marinos y Costeros de CARSUCRE.
Después de centrarse en el manejo y la conservación de los ecosistemas, junto con las comunidades de la bahía de Cispatá, ubicadas al sur del golfo de Morrosquillo, actualmente la iniciativa colecta información necesaria para que en el futuro las áreas protegidas regionales del departamento de Sucre también puedan beneficiarse de este innovador modelo de mitigación del cambio climático.
Conoce más de esta iniciativa en vidamanglar.co
