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Relevo en el buque Gloria: navegar a vela es la esencia

Hablamos con los comandantes saliente y entrante del buque escuela ARC Gloria, el Capitán de Navío Camilo Gutiérrez y el Capitán de Navío Javier Rubio, respectivamente.

Hay un momento en la existencia del buque insignia de los colombianos, el ARC Gloria, en el que este cede el protagonismo a quienes lideran la tripulación que lo conduce. Nos referimos al momento del relevo de su comandante, oficial que tiene bajo su responsabilidad todo lo que suceda a bordo durante el período que se le encomienda tan honorífica misión.

Sus protagonistas son el comandante saliente, quien con nostalgia y cargado de recuerdos y anécdotas al dejar el buque escuela también se despide de las navegaciones y los buques para servir en los sucesivos cargos de nivel estratégico en la Armada Nacional. 

El otro protagonista, el comandante entrante, llega con la expectativa de lo que será el mejor año de su vida según cuentan algunos marinos que han pasado por esta experiencia. El solo hecho de haber sido nombrado para ocupar el cargo es motivo de orgullo para familiares, amigos y compañeros.

AGENDA DEL MAR tuvo la oportunidad de asistir a la ceremonia de relevo de comandante del buque insignia de los colombianos, el ARC Gloria, y aprovechamos para conversar con sus protagonistas.

“No me puedo despedir del mar porque es una pasión”: Comandante saliente

El Capitán de Navío Camilo Gutiérrez le dio prioridad a la esencia del buque Gloria: la navegación a vela. “El legado que dejo fue enamorar a los cadetes y a la tripulación de navegar a vela”, afirmó.

“Este año fueron 17.392 millas náuticas y de esas, 9.274 fueron a vela, todo gracias al trabajo en equipo”, destacó el oficial.

Fue en el crucero de cadetes «Bicentenario de la Independencia 2019» que se propuso cruzar el Atlántico a vela y lo logró con 2.075 millas náuticas navegadas en 10 días entre Boston (Estados Unidos) y Saint Malo (Francia). Pero además consiguió un nuevo récord con 1.705 millas náuticas consecutivas, rompiendo el récord que se tenía desde 1992.

También bajo su mando se realizó por primera vez la maniobra de fondeo a vela, sin prender el motor propulsor, aumentando las capacidades y destrezas por parte del personal de cadetes. Fondeando a vela, como lo hacía Cristóbal Colón, lo hicieron tres veces: en Saint Malo, en Liverpool y en la isla de Providencia.

Orgulloso de estos triunfos, el excomandante del Gloria asegura que de esta forma se demuestra que la navegación a vela genera bienestar porque el buque está diseñado para navegar a vela y no a motor. “Cuando navega a motor cabecea mucho y en cambio cuando está navegando a vela va totalmente sentado y va bailando con la ola y eso se convirtió en un tema de bienestar especialmente para los suboficiales que son los que comen y están en la proa. Al final del crucero yo subía al puente y lo primero que hacían era preguntarme: ¿Capitán, vamos a izar velas?”.

 

¿Cuál fue el momento de mayor conexión con el buque, ese momento mágico que queda en la memoria?

Cuando zarpamos de Boston y pasamos más o menos frente a Halifax (Canadá) apagamos el motor propulsor y empezamos a navegar; alcanzamos una velocidad de 12.6 nudos a vela con todo el aparejo y apagamos el generador para escuchar solamente el crujir del buque por el viento. Ese momento fue mágico para todos por la conexión que tiene cada marino en el buque.

 

¿Qué fue lo más difícil de este año?

Lo más dificil fue bajarme (risas). Es despedirse del mar desde la Armada porque esta es la última vez que somos comandantes estando activos en la Armada. De hecho, llevo haciendo el duelo como un mes.

 

¿Cuál fue el mejor puerto?

Hay muchos puertos. El mismo crucero se convirtió en un encuentro con las familias. Tuvimos la fortuna de que muchas esposas de los oficiales pudieran viajar a Europa, entonces nos acompañaron en todas las actividades en puerto, en los cocteles, en los almuerzos. Las esposas de muchos suboficiales pudieron viajar también y conocieron de primera mano qué estaban haciendo sus esposos y qué rol desempeñaban a bordo, entonces eso fue muy bonito. En cuanto a los puertos internacionales, el que más me gustó fue Saint Malo, Francia, porque es un puerto vikingo muy marítimo y además tiene cerca las playas de Omaha, donde se dio el desembarco de Normandía. Nosotros que somos militares y nos gusta la historia teníamos mucho que aprender.

 

¿Cuál es el mayor legado que deja la tripulación?

La camaradería y las amistades que se formaron. Yo no puedo mover el buque una milla si no es a través del trabajo en equipo donde alguien lidere, donde alguien cobre y donde alguien lasque. Y eso une a la gente y une a la tripulación.

 

¿Y cómo les fue a los cadetes?

Muy bien. El desempeño, tanto de los cadetes como de los grumetes, fue muy bueno. Aprendieron de velas, de maniobras, de navegación astronómica, conocieron diferentes culturas, dieron a conocer la cultura colombiana y se desembarcaron del buque sin huellas digitales de tanto jalar.

 

El tema de seguridad que les preocupa mucho, ¿cómo estuvo?

El comandante tiene dos preocupaciones grandes: una antes de zarpar y otra mientras está navegando. Antes de zarpar es que el buque no vaya a ser contaminado con droga porque si se llega a ocurrir le daña la imagen al buque, a la Armada y al país. La otra preocupación es que las mismas almas que zarpamos seamos las mismas almas que lleguemos, ni uno más ni uno más. Hasta que se baje el último, ahí me bajo yo precisamente para estar pendiente de la seguridad.

 

Antes del zarpe hubo muchas reparaciones, ¿finalmente cómo les fue en el proceso?

Cuando uno hace reparaciones del buque, uno zarpa seguro porque uno sabe lo que tiene y lo que hizo, y sabe el profesionalismo no solamente del equipo de trabajo a bordo sino también de las capacidades que tiene Cotecmar para brindar y prestar servicios. Zarpamos seguros y no tuvimos ningún inconveniente. Tuvimos un daño en el generador por horas de trabajo, pero nos enviaron los repuestos y pudimos recuperarlo.

 

¿Qué le diría a toda la gente seguidora de Agenda del Mar sobre su experiencia como comandante?

Que se den la oportunidad de soñar en grande porque los sueños se cumplen. Simplemente hay que trabajar y hacer sacrificios y enfocarse en ese objetivo. Y también les diría que no pierdan la oportunidad de venir a conocer el buque porque desafortunadamente son más los colombianos que conocen el buque estando en el exterior que estando acá en Colombia.

 

Transformar almas, el propósito del nuevo comandante del Gloria

Continuar el legado de la navegación a vela que impulsó el comandante saliente del buque Gloria, Capitán de Navío Camilo Gutiérrez, es uno de los propósitos del nuevo comandante, CN Javier Rubio, quien ya conoce muy bien el buque más querido por los colombianos: fue Jefe de División en el 2001, jefe de Cubierta en el 2011 y segundo comandante en el 2015.

Es un hombre de mar que desde muy joven tuvo contacto con el agua gracias a su padre y que luego de su ingreso a la Escuela Naval hizo parte del equipo de velas obteniendo importantes resultados en competencias nacionales e internacionales.

“Esa es la esencia de nosotros: disfrutar la brisa, el agua de mar. Los marinos somos totalmente diferentes: tenemos sentimientos nobles que solo se acrisolan en el mar. La esencia de un marino no se asemeja a una persona en tierra porque allá lo importante sale a relucir fácilmente. Nos mostramos como somos y entendemos las realidades de la vida”, comenta.

Ser amigos del mar es prioridad para él. “Si lo entendemos y lo conocemos, lo cuidamos y lo protegemos. A Colombia le falta conciencia marítima y la van a entender las generaciones que vienen porque la supervivencia está en el mar”.

 

¿Al final de este año que viene cómo quiere que lo recuerden al frente del buque Gloria?

Por transformar almas, por transformar personas y convertirlas en marinos de guerra, para poder influir positivamente en ellos, hacerlos valorar lo que son, lo que pueden ser y lo que necesita la Marina.

 

¿Qué siente en este momento de empezar a cumplir el sueño de comandar el buque?

Hay muchas emociones. El buque genera esa magia y ese cariño, pero no se deja de pensar en el reto, en estar a la altura de todos esos compromisos que existen, tanto personales como institucionales, dejando muy clara la ruta de navegación para poder llevarla y continuarla. Es el momento de agradecer a mis padres, a mis superiores, a mis compañeros, y a Dios por darme la oportunidad de estar acá.

 

¿Cómo está conformado el nuevo equipo de oficiales?

Los oficiales que vienen a bordo, la mayoría viene de zonas de orden público porque uno de los propósitos del buque es el reconocimiento a la labor de los tripulantes de la Armada Nacional. Tripular este buque es un honor y un orgullo que todos esperan. La prioridad fue destacar la labor que ellos desarrollan en los ríos y mares, y darles como premio estar a bordo del buque.

 

¿Cómo va a ser el crucero del Gloria en el 2020?

Zarpamos el 7 de febrero de Barranquilla, vamos a República Dominicana, Miami, Puerto La Cruz en Honduras, luego Barranquilla nuevamente, Puerto Rico, Georgetown en las islas Caimán, Aruba y Barranquilla. Ahí culminamos dos fases de cruceros de grumetes para alistar el buque y el zarpe con crucero internacional de cadetes el 22 de mayo desde Baltimore con rumbo a Lisboa.

 

 

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