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¿Qué hacer con los hipopótamos?

Una investigación publicada en una revista científica sugiere la necesidad de sacrificar hipopótamos como complemento a otras medidas para controlar el crecimiento de la población de estos animales en el Magdalena Medio.

Una investigación publicada en una revista científica sugiere la necesidad de sacrificar hipopótamos como complemento a otras medidas para controlar el crecimiento de la población de estos animales en el Magdalena Medio. Cornare, la autoridad ambiental en esa región, plantea una innovadora alternativa que podría resolver el problema.

La revista Biological Conservation, en su edición de enero, publicó una proyección realizada por un grupo de investigadores de diferentes instituciones en la que se calcula el número de hipopótamos que habrá en el país en el mediano plazo si se siguen reproduciendo de forma natural al ritmo que lo vienen haciendo. Este análisis revivió el debate que existe en el país desde hace años sobre la posibilidad del sacrificio de algunos animales como forma de controlar su sobrepoblación.

 

La presencia de los hipopótamos en el Magdalena Medio tiene su origen en la década de 1980, cuando Pablo Escobar trajo de África un macho y tres hembras para exhibirlos en su zoológico privado, dentro de la Hacienda Nápoles, ubicada en el corregimiento de Doradal, en el municipio de Puerto Berrío, un lugar ubicado cerca del río Magdalena casi en la mitad del trayecto entre Medellín y Bogotá.

 

Los años pasaron y la hacienda cayó en una época de decadencia debido a que la propiedad entró en un proceso jurídico. Los hipopótamos, abandonados a su suerte, se adaptaron a su hábitat y se reprodujeron de manera silvestre. En 2012 ya eran 35 y se calcula que actualmente hay más de 80 dispersos por la región, muchos de ellos asentados en las zonas menos profundas del río Magdalena.

 

El grupo de investigadores que realizó el estudio y que evaluó varios documentos elaborados por entidades colombianas en los últimos 20 años, hizo una proyección en la que fueron analizadas diferentes variables. La conclusión fue que, si no se hace una intervención ahora, en el año 2034 habría 1.500 hipopótamos en la zona, lo que desbordaría la máxima capacidad de carga posible.

 

«Nosotros proponemos una estrategia mixta, donde de manera local, en Antioquia, se continúen con esterilizaciones y castraciones a los animales, ojalá haciendo más eficiente el proceso, y llevando los individuos a confinamiento. Sin embargo, a nivel regional, tenemos ya animales muy difíciles de manejar, que se han desplazado a zonas donde son un peligro para los ecosistemas y la gente y eventualmente pueden dispersarse hacia el bajo Magdalena. En estos casos de debe considerar la caza letal, apegados por supuesto a todos los protocolos bioéticos», dijo la bióloga colombiana Nataly Castelblanco, quien participó del estudio. Según explica, los hipopótamos se han dispersado y ya han llegado a los departamentos de Boyacá, Santander y Bolívar. Algunos se han alejado hasta 350 kilómetros de la zona en la que originalmente estaban concentrados, alrededor del corregimiento de Doradal.

 

Adicionalmente, científicos como Juan David Sánchez, biólogo docente de la Universidad CES, advierten que la presencia de estos animales está generando alteraciones en los ecosistemas, por ejemplo, en la degradación del suelo. “En la zona el hipopótamo entra a magnificar los efectos que ya existen por la ganadería, además constantemente trae material del suelo al lecho del río y eso cambia las condiciones físicas-biológicas de esos cuerpos de agua”, explica.

 

Para buscar una fórmula de solución también hay que contar con su viabilidad jurídica pues actualmente solo son permitidas las estrategias de esterilización y confinamiento, debido a una acción judicial que prohíbe el control letal de la población. Además, la especie aún no ha sido incluida en la lista de especies invasoras en Colombia, lo que hace que sea difícil implementar acciones de manejo.

 

La propuesta de Cornare

La Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare «Cornare«, que es la autoridad ambiental en esa zona, siempre ha preferido la esterilización, pero hasta ahora esa ha sido una opción poco viable debido a la velocidad con la que se vienen reproduciendo los animales y a los altos costos que tiene el procedimiento, unos 15 millones de pesos por cada hipopótamo.

 

En los últimos 9 años solo se han podido esterilizar a 8 animales. Una de las principales dificultades que implica este procedimiento es que exige capturar y sedar a un animal que pesa casi 2 toneladas.

 

Sin embargo, una nueva alternativa ha despertado el optimismo de los biólogos que han estudiado esta especie. Cornare quiere hacer una prueba con un medicamento llamado GonaCon, un anticonceptivo que impide el desarrollo de espermatozoides o de óvulos en los animales.

 

Este fármaco es producido por la unidad de la Agencia USDA Animal and Plant Health Inspection Service, del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Por medio de la Embajada de Colombia en Washington ya se solicitaron 2 mil dosis y se espera que la tarea diplomática prospere para ensayar, por primera vez en el mundo, esta opción.

 

“El GonaCon nunca se ha probado en hipopótamos y no ha sido muy usado en especies silvestres. El ensayo de procesos de inmunocastración se ha dado principalmente en cerdos”, explica David Echeverri, Coordinador de Bosques y Biodiversidad de Cornare. En Estados Unidos la vacuna también se utiliza en venados y especies más pequeñas.

 

Una de las grandes ventajas de la esterilización con GonaCon es que no exige una cirugía. “Este medicamento se aplica a través de dardos, o sea que no necesitamos capturar al animal, pero si necesitamos definir una manera para identificar cuáles están vacunados y cuáles no”, agrega David Echeverri. Las opciones que se estudian es la de dejar un pequeño banderín en la piel del animal o hacerle un tatuaje con pintura indeleble arrojada con balas de pintura, similares a las que se usan en el paintball.

 

Los biólogos de Cornare esperan que los trámites para la importación del medicamente avancen rápido para iniciar cuanto antes su aplicación en los hipopótamos. No hay certeza de que esta idea funcione, pero quieren intentarlo.

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