La incautación en aguas de San Andrés de un barco extranjero con más de 12 toneladas de pesca ilegal, entre ellas 9,8 de caracol pala (Strombus gigas), genera gran preocupación no solo entre las autoridades ambientales sino también entre los pescadores artesanales que dependen de la explotación sostenible de este molusco.
El hecho sucedió a finales de mayo cuando la Armada Nacional detuvo la embarcación Iguazú II, de bandera de República Dominicana, con 12 tripulantes a bordo, en el sector de Bajo Nuevo, a 280 millas náuticas al noreste de San Andrés Isla.
En su interior se encontraron 9.862 kilos de caracol pala y 2.242 kilos de pesca blanca extraída de manera ilegal en aguas colombianas.
Es un total de 12,1 toneladas que se convierte para la Armada Nacional en una de las detenciones más grandes de pesca ilegal realizada en San Andrés y Providencia desde 2012, según el Capitán de Navío Gustavo Adolfo Valbuena, comandante del Comando Específico de San Andrés y Providencia Cesyp, citado por Radio Nacional.
Una vez realizado el procedimiento por la unidad de Guardacostas de la Armada Nacional, el producto fue puesto a disposición de la Secretaría de Agricultura y Pesca de San Andrés, la cual reporta que en 2019 se han registrado tres casos de pesca ilegal para un total de 13 toneladas de productos.
Para el secretario de ese despacho, Anthony Rojas, controlar buques ilegales es una tarea muy grande debido al gran espacio marítimo con que se cuenta, muy a pesar de que la región insular colombiana es la que cuenta con mejores controles, y mejor gobernabilidad.
Es crítica la situación del caracol pala
La Ley 1851 del 19 de julio de 2017 establece medidas en contra de la pesca ilegal en el territorio marítimo Colombiano, como la captura de las embarcaciones por parte de la Armada Nacional.
Preocupa de manera particular el caso del caracol pala, puesto que ya se superó la cuota anual de 9 toneladas, lo que puede generar el cierre de la pesquería dejando sin oportunidad de ingresos a los pescadores artesanales que derivan su sustento de este recurso.
La asesora de pesca y acuicultura Martha Lucía De La Pava explica que la cuota es el resultado de la capacidad del recurso de ser capturado sin afectar su capacidad de renovación. La situación es crítica, puesto que se afectan los pescadores que sí tenían permiso.
Para esta experta, quien ha trabajado con la FAO y Parques Nacionales, «las entidades con competencia y control requieren con urgencia la adopción de nuevas tecnologías para identificar en tiempo real el ingreso de motonaves y embarcaciones pesqueras de otros países que no están en el registro nacional y vienen a nuestras aguas a realizar pesca ilegal».
El caracol pala es uno de los moluscos más grandes que habitan el Caribe, ya que puede alcanzar tamaños de hasta 35 centímetros de largo de su concha. En San Andrés es el tercer recurso marino que más se captura, después de las langostas y los pargos.
Para preservar la especie, la Autoridad Nacional de Pesca y Acuicultura establece medidas como la veda, que va del primero de junio al 31 de octubre. Por otro lado, al momento de la captura, el caracol tiene que pesar por lo menos 100 gramos o que entre cuatro o cinco individuos pesen una libra.
Según la bióloga Martha Inés García, citada por El Tiempo, el molusco se debe capturar cuando ya ha alcanzado su madurez sexual para que pueda dejar descendencia, es decir, cuando tiene más de 20 cm. de largo, o sea después de dos años y medio o tres años de edad.
