A pesar de su pasado industrial, hoy encontramos una sinfonía más suave. El burbujeo del agua oxigenada, liberada por las plantas acuáticas, se mezcla con el suave chapoteo de pequeños peces que exploran sus nuevos refugios.
Grabado por: Jorge Barco.
Fotografía: Juan Fernando Ospina Restrepo
Guarinocito
El sonido del agua cristalina corriendo sobre las rocas crea una melodía ancestral, a la que se suman los coros de los insectos acuáticos y el alegre chapoteo de los peces nativos.
Grabado por: Jorge Barco.
Río Atrato
El río Atrato, como una arteria palpitante, aporta el ritmo base a esta sinfonía natural. El canto melodioso de las aves se entrelaza con el croar de las ranas y el zumbido de los insectos, creando una armonía que envuelve al oyente en un abrazo selvático.
Grabado por: Jorge Barco.
Fotografía: Franklin Peña Gutiérrez
Sierra Nevada
En la Sierra Nevada de Santa Marta cada trino, cada gorjeo, es un pincelazo que pinta un cuadro sonoro de la vida en la montaña.
Grabado por: Jorge Barco.
Fotografía: Maria José Badrán
Manglar
En el corazón del manglar, el silencio se transforma en una sinfonía acuática. El chapoteo de pequeños crustáceos y la succión de los peces explorando las raíces sumergidas crean una melodía constante.
Grabado por: Paula Zapata
Fotografía: Juan de Dios Morales
Arrecife de coral
El arrecife, un bullicioso mercado marino, resuena con el chasquido de los camarones, el gorjeo de los peces y el suave crujido de los corales creciendo. Sin embargo, es un sonido más profundo y envolvente el que domina este paisaje sonoro: el canto de las ballenas.
Grabado por: Paula Zapata
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