¿Cuánto plástico hay flotando en los océanos o disperso por las playas del mundo? Un informe publicado en noviembre de 2015 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) reveló que cada año llegan al mar unos 20 millones de toneladas de plásticos.
Los efectos de estos materiales sobre las especies y los ecosistemas marinos están bastante documentados: aves y tortugas que enferman o mueren al ingerirlos; nutrias, delfines y ballenas atrapados, y daños a hábitats críticos como los arrecifes de coral.
En Colombia no hay cifras exactas sobre el plástico que flota o se hunde en los mares, pero según datos recogidos por la empresa de reciclaje de PET EkoRed, el 73% de todos los envases plásticos producidos en el país no se reciclan, sino que acaban tanto en el litoral Caribe como en el Pacífico.
Investigaciones hechas por la Armada Nacional y citadas por Juan Gossaín en El Tiempo indican que el 80 por ciento de los desperdicios que arrastra el mar llegan desde la orilla y buena parte de ellos por la desembocadura de los ríos. El otro 20 por ciento lo lanzan desde barcos, lanchas y canoas.
Muchas personas arrojan sus desechos de una manera indiscriminada a los cuerpos de agua, desconociendo que el agua de los ríos y quebradas tienen siempre como destino final el mar, anotaba el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Luis Gilberto Murillo, el pasado 8 de junio con motivo del Día Mundial de los Océanos.
Recuperar el PET
De las 180.000 toneladas de PET que se producen cada año en Colombia, las empresas de reciclaje recuperan menos del 30%, una cifra que está por debajo del promedio mundial del 38%.
EkoRed, que tiene presencia en 27 de los 32 departamentos, recupera cada año 18.540 toneladas, equivalentes a 463,5 millones de botellas que no se van a los ríos, mares, playas o rellenos sanitarios, destaca su gerente Juan Carlos Gutiérrez.
Una de las poblaciones que se ha visto beneficiada con esta labor de recuperación del PET es Nuquí, en el Pacífico chocoano, donde no existe una adecuada disposición final de los residuos sólidos. Ante la falta de un relleno sanitario y de vías para llevar las basuras a lugares adecuados, estas simplemente se entierran en las playas, con el agravante de que el mar las vuelve a sacar cuando hay crecientes o tormentas.
La solución para los nuquiseños, al menos para el PET, el cartón y el metal, ha llegado gracias a la Red de Reciclaje que se implementó en 2015 con el apoyo de organizaciones como Conservación Internacional Colombia, WWF, Fundación Eduardoño, la Andi, Agenda del Mar y otras. En su primer mes de funcionamiento el centro de acopio manejado por la propia comunidad compactó 914 kg de residuos, la mayoría de PET.
Sumado a lo anterior, se realizó en junio pasado una limpieza de playas, con la participación de estas entidades y los pobladores. El resultado de estas acciones: cientos de botellas de PET que en lugar de ensuciar las playas son compradas por EkoRed, que a su vez las envía a Enka donde las convierten en fibras textiles. Al mes son 300 camiones de PET que llegan a Enka para un total promedio de 2.000 toneladas.
Reducir, reusar y reciclar son las claves para no seguirnos ahogando en basuras y requiere un mayor compromiso de toda la sociedad. Sobre el reciclaje, el Gerente de EkoRed insiste en que para ser eficaces se necesita trabajar en tres frentes: educar en la separación en la fuente, tener rellenos sin reciclaje (que lo recuperable no se pierda allí) y que las empresas dedicadas a esta labor sean autosostenibles.
En Colombia hay 300.000 familias que derivan su sustento del aprovechamiento de los residuos. La próxima vez que saque la basura de su casa, asegúrese de que lo reciclable llegue a las manos de un recuperador, en lugar de que se vaya en camión directo al relleno o, en el peor de los casos, como en Nuquí, a un hueco en la playa.