Fotos: Circuito la Cumbancha
Termales cerca del mar, cascadas de agua fresca, formaciones coralinas, extensas playas, ríos cristalinos, manglares y selvas, son algunas de las razones por las que visitar el Golfo de Tribugá es un privilegio. Y quienes viven en este sitio, ubicado en el occidente de Colombia, no solo lo saben, sino que reconocen que su riqueza natural es tan grande que es casi un deber compartirla.
Es a la conclusión a la que han llegado durante los últimos años, a partir de las visitas de turistas que arriban desde lugares del mundo de los que ni han escuchado hablar, pero que les confirman la unicidad de su territorio con las expresiones de asombro y alegría que sueltan mientras escuchan el canto de las ballenas, se comen un sancocho de pescado o prueban bebidas tradicionales como la cumbancha.
Por todo esto, dice Nelfer Valoyes, representante legal del Consejo Comunitario General Los Riscales, las comunidades del Golfo como Nuquí, Coquí, Panguí, Tribugá y Jurubirá, se unieron para crear el Circuito de Turismo AlterNATIVO La Cumbancha, una experiencia de turismo comunitario y ecológico desarrollada a partir de la implementación del plan de manejo del Distrito Regional de Manejo Integrado Golfo de Tribugá – Cabo Corrientes (un área protegida creada para promover el bienestar económico, social y cultural mediante la utilización sostenible de los recursos).
Según Valoyes, la idea con el Circuito es que las comunidades puedan desarrollar economías basadas en servicios turísticos que, a su vez, están diseñados para proteger la biodiversidad de la región, especialmente los manglares y todas sus formas de vida. Esto, teniendo en cuenta que estos ecosistemas son claves para garantizar la seguridad alimentaria de los locales.
“Tenemos hospedaje, alimentación y transporte, así como la guianza por distintos lugares. En algunos manglares, por ejemplo, hacemos un recorrido en kayak, y eso resulta muy llamativo para quienes nos visitan”, explica, y añade que una de las mejores cosas sobre el Circuito es que, a través de la generación de empleos diversos para el desarrollo de servicios turísticos, los habitantes de la región pueden encontrar alternativas de sustento distintas a la extracción de recursos naturales, como la madera de los manglares (una de las que más ha afectado el equilibrio de la biodiversidad local en las últimas décadas).
Esto es especialmente importante si se tiene en cuenta que en este lugar hay siete de las ocho especies de árboles de manglar que hay en Colombia, lo que refleja su alto valor para la conservación. Sobre esto, María Lila Caicedo, representante legal del Circuito, explica que esa fue una de las motivaciones que encontraron para la formalización de la oferta turística del Circuito, que nació este año.
“Por mucho tiempo, cada comunidad prestaba sus servicios. Además, cada quien buscaba su propio sustento. Ahora, con esta iniciativa, lo que buscamos es estar más organizados de cara al turista, pero también distribuir todo de manera más equitativa entre quienes hacemos parte de la asociación”, dice, convencida de los beneficios que traerá esta nueva forma de operar.
Destaca también la diversidad de la oferta para los visitantes, por ejemplo, con alternativas de hospedaje que van desde hoteles y hostales, hasta posadas nativas, es decir, casas de locales en las que se reciben los turistas. “A muchos les gusta interactuar y conocer las formas de vida de nosotros, así que pueden quedarse con algunas familias…Además, para mostrarles un poco de nuestra cultura, un grupo de muchachos de la institución educativa en Nuquí los reciben con una charla sobre la importancia ecológica de este lugar, y les dan una muestra de nuestro folclor”.
Actualmente, más de 27 familias se benefician del Circuito, lo que marca la diferencia entre esta iniciativa turística y otras experiencias de viaje que se ofrecen a este destino. Así lo afirma Luis Fernando Giraldo, un promotor de turismo de naturaleza en distintas regiones del país que, luego hacer el Circuito, asegura que vivir esta alternativa significa aportar al fortalecimiento de las economías locales y, por supuesto, contribuir al mantenimiento de ecosistemas estratégicos.
“Este es el lugar ideal para quienes estén buscando conectarse con la naturaleza y apoyar procesos que le sumen al planeta. Las personas que están sensibilizadas frente al consumo responsable, que valoran aislarse y estar tranquilos, que disfrutan de aprender de otras culturas, que buscan experiencias gastronómicas…, deben darle una oportunidad a este lugar y a estas personas que están trabajando mucho para tener un mejor futuro”.
¿En qué consiste el Circuito de Turismo AlterNATIVO La Cumbancha?
Los turistas llegan a Nuquí y tienen servicio de transporte desde el aeropuerto hasta un escenario comunitario en el que reciben información sobre la necesidad de proteger a los ecosistemas y especies nativas. Posteriormente, son llevados al hospedaje de su elección, y finalmente, hacen una visita a la playa.
En los días siguientes, se realizan visitas a comunidades como Panguí, Coquí, Tribugá y Jurubirá, donde los viajeros tienen experiencias de senderismo, cocina tradicional, recorridos en kayak, pesca artesanal, avistamiento de flora y fauna, y avistamiento de ballenas (durante la respectiva temporada).
“Los invito a que utilicen nuestros servicios. Es una oferta netamente comunitaria en la que van a aprender de nuestra cultura, ancestralidad, saberes y costumbres. Nosotros vivimos en un paraíso, en remanso de paz donde solo se respira tranquilidad. Pueden desconectarse del mundo, interactuar con la naturaleza y hablar con Dios. ¡Aquí son bienvenidos!”, concluye Valoyes.
