Se ve como un punto lejano y solitario en el mapa de Colombia. No en vano, Malpelo viene de la palabra latina Malveolus que significa Inhóspito. Es difícil llegar. Desde Buenaventura, ubicada a 500 kilómetros, el viaje tarda entre 20 y 36 horas aproximadamente dependiendo del tipo de embarcación.
Quienes llegan se encuentran con una enorme roca sin vegetación, habitada solo por aves, pero saben que el verdadero tesoro se encuentra bajo la superficie del agua. Malpelo es un santuario de la biodiversidad marina, puesto que la rodea una barrera de coral protectora que es el hábitat de especies marinas pelágicas de gran tamaño como meros, pargos, chernas, picudos, atunes y grandes depredadores como los tiburones.
Son casi 2,7 millones de hectáreas protegidas bajo la figura de Santuario de Fauna y Flora, las cuales atraen a científicos y a buzos avanzados por igual, pero infortunadamente también a pescadores ilegales, en su mayoría de países vecinos como Ecuador, Costa Rica y Panamá.
Desde sus lanchas rápidas extienden sus redes para atrapar todo tipo de especies, incluidas las que se encuentran en alguna categoría de extinción. Es el caso de los tiburones, muy apetecidos en el mercado asiático por el supuesto valor afrodisiaco de sus aletas y los aceites que se extraen de sus hígados y otros órganos.
El pasado 16 de abril, la Fundación Malpelo y Otros Ecosistemas Marinos denunció el hallazgo de varias líneas de pesca con tiburones muertos, además de anclas en los arrecifes de coral que destruyen estos valiosos ecosistemas marinos. Cuatro días después, la Armada Nacional reportó la interceptación de seis lanchas de bandera ecuatoriana y la captura de 27 personas (21 ecuatorianos y seis colombianos).
Muchas lanchas logran escapar
AGENDA DEL MAR dialogó con Sandra Bessudo, directora de la Fundación Malpelo, quien destacó estos resultados por parte de las autoridades: Creo que es importante que se haya logrado hacer una denuncia, hacerlo con tiempo para que las autoridades pudiesen actuar, dijo.
Explicó que se encontraban más lanchas en el Área, pero solamente se pudieron capturar seis de ellas puesto que logran escapar ante la presencia de los buques de la Armada. Se ven como pescadores artesanales que vienen en lanchas pequeñas, pero rápidas, y que obviamente tienen este arte de pesca long line que es supremamente nocivo. Además de estar pescando en áreas protegidas, estaban literalmente sobre los sitios de buceo, habían puesto anclas para poderse amarrar. Encontramos varios corales volcados, los cuales volvimos a poner en su lugar, pero hubo mucho daño.
Bessudo recuerda que Malpelo es un Patrimonio Natural de la Humanidad y es una de las pocas zonas del Pacífico colombiano que tiene formaciones coralinas, junto con los parques naturales de Utría y Gorgona, además de tener una gran cantidad especies migratorias y de interés comercial que es importante proteger.
Aunque la Armada Nacional realiza control y vigilancia en la zona contando para ello con modernas patrulleras oceánicas como el ARC 7 de agosto, y trabajando de manera conjunta con Parques Nacionales y la Fundación Malpelo, Bessudo admite que no es fácil controlar una área marina protegida tan grande.
No es fácil controlar las áreas de jurisdicción colombiana ya que tenemos dos océanos y nuestro mar es inmenso, pero si es importante poder actuar entre todos para evitar que este tipo de delitos se dé, es decir, el Estado como tal no es el gobierno, también son las personas, también son las ONG y entre todos tenemos que luchar para que este flagelo de la pesca ilegal no se siga dando.
Anota que se debe seguir teniendo presencia en el Santuario para poder controlar lo que pasa en él, pero también hacer recorridos de control y vigilancia a través del uso de un catamarán que fue donado por la Fundación Biodiversity Conservation Colombia y en el que podrán estar los funcionarios de Parques Nacionales para que transmitan la información a todos los niveles y se logre actuar frente estas amenazas.
- 1995: se declaró como área marina protegida por parte del Gobierno nacional con 35 hectáreas
- 1996: se amplió el área protegida a 6 millas alrededor de la isla
- 1999: se creó la Fundación Malpelo y Otros Ecosistemas Marinos
- 2000: se convirtió en «Zona Especialmente Sensible» ante la Organización Marítima Internacional.
- 2005: se amplió el área protegida a 25 millas alrededor de la isla y se catalogó como Área de Importancia para la Conservación de las Aves (AICA) por parte de la organización Bird Life International.
- 2006: la Unesco la declaró Patrimonio Natural de la Humanidad y uno de los nueve sitios intangibles en el planeta.
- 2012: se declaró como Área Marina de Importancia Ecológica o Biológica (EBSA).
- 2017: el área protegida se amplió de 950.000 hectáreas a 2.700.000 hectáreas y se declara el Distrito Nacional de Manejo Integrado (DNMI) Yuruparí – Malpelo con un total de 2,7 millones de hectáreas como un modelo de gestión para realizar una pesca sostenible en el Pacífico por parte de los habitantes del litoral y, especialmente, de las ciudades como Buenaventura y Tumaco. ?