El concepto de eco-artivismo no es nuevo en el mundo, empezó a aparecer en Estados Unidos y Europa en la década de 1960. Más tarde, Nina Felshin, una curadora, historiadora del arte y activista estadounidense, definió las bases fundamentales de este movimiento en su libro “¿Pero es arte? El espíritu del arte como activismo”, publicado en 1995.
En esencia, se trata de usar el arte como forma de activismo ecológico y ambiental, con el propósito de lograr una transformación cultural que genere un compromiso de todos con el cuidado del planeta.
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Compromiso con los océanos
La fundación PangeSeed es liderada por Tre Pakard, un curador de arte, fotógrafo ambientalista, embajador de buceo PADI. Está convencido del impacto que tiene el arte como forma de comunicación para generar cambios en los comportamientos sociales: “Crea una respuesta emocional. El arte es un arma de construcción masiva que toca nuestros corazones. Aprovechando el poder universal del arte, inspiramos al mundo a proteger lo que amamos”.
El trabajo de PangeSeed incluye diversas actividades, entre ellas el que se conoce como “murallas marinas”: Sea Walls: Artists for Oceans. El objetivo es llevar el océano a las calles de todo el mundo por medio del arte público. Desde que se creó, en 2014, la fundación ha curado más de 450 murales en 18 países.
PangeaSeed ha llamado la atención sobre la importancia de los océanos y, permanentemente, recuerda al inolvidable Jacques-Yves Cousteau, que decía: “El mar, el gran unificador, es la única esperanza del hombre. Ahora, como nunca antes, la vieja frase tiene un significado literal: todos estamos en el mismo barco”.
En redes sociales es posible encontrar el trabajo de esta organización que tiene como sede a Honolulú, en Hawái, pero ya ha hecho trabajos con artistas en 70 países de 6 continentes:
Explóralo aquí
En Argentina existe otra iniciativa que combina el arte con el mensaje de la conservación, se llama Proyecto Eco Eco, que se dedica a promover y premiar manifestaciones artísticas relacionadas con la crisis planetaria y una visión alternativa de futuro.
Sus promotores explican el sentido de sus convocatorias y el efecto que ha tenido esta plataforma que ha permitido a muchos artistas exhibir sus trabajos: “Desde Proyecto Eco Eco apelamos a los sentidos, para narrar con nuevos lenguajes, de manera sensible, lo que la ciencia, los activismos y el periodismo vienen comunicando con datos, investigación, evidencia”.
Toda la información del Proyecto Eco Eco y las próximas convocatorias se pueden encontrar en su sitio web AQUÍ
Eco artivismo en Colombia
Los orígenes de este concepto en Colombia tienen un antecedente determinante, según los investigadores Diego Cuesta y Adriana García, de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, quienes lo plantean así en su texto “Eco-arte y sus implicaciones en Colombia”: “Los inicios de estas nuevas herramientas de innovación y movimientos conceptuales artísticos como el eco-arte, tuvo que pasar en Colombia como en otros países, por una etapa previa de asimilación y aceptación sobre los modelos tradicionales, realizándose en 1968 uno de los antecedentes primordiales para el arte ambiental que fue la exposición de Espacios Ambientales, organizada por el museo de Arte Moderno de Bogotá a cargo de la crítica Marta Traba”.
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Según Rubén Agudelo, coordinador de Amor y Arte Fundación, “el arte
siempre ha servido para visibilizar las problemáticas sociales y por
supuesto en los últimos años las preocupaciones medioambientales se
han convertido en un tema frecuente para los artistas”.
“Desde los inicios de la Agenda del Mar hemos muchas publicaciones relacionadas con este tema pues consideramos que el arte es uno de los medios que logran mayor impacto en la gente con respecto al mensaje de la conservación y la protección de los océanos”, dice María José Ospina, creadora y directora de La Agenda del Mar.
