Cuando era niño me enamoré del mar gracias al buceo, eso se lo debo a mi papá, y he querido traerles esa oportunidad a estos niños, que no tienen cómo pagarse un curso de buceo.
Lo dice Carlos Correa, instructor de apnea, campeón nacional de 2013 a 2016 y embajador de la marca de buceo Cressi. Fue él quien en 2013 animó a la deportista Sofía Gómez a practicar apnea, convertida hoy en día en una campeona internacional con logros tan importantes como el récord mundial en peso constante con bialetas obtenido en septiembre pasado.
Carlos quiere que, como Sofía, haya muchos más apneístas sobresalientes en Colombia y por eso desde el 2014 comenzó a entrenar niños, inicialmente en Tumaco, su tierra natal. En los años siguientes organizó algunas competencias aisladas y fue a comienzos del 2018 cuando unió esfuerzos con el centro de buceo Océano Scuba para ofrecer clases de apnea gratis a los niños de Taganga, todos los sábados.
Actualmente son 12 niños, divididos en dos grupos: de los 9 a los 13 años en proceso de natación y familiarizándose con el mar; y de los 13 a los 16 años haciendo apnea con inmersiones entre los 20 y 25 metros. Además de las clases como tal, también se hacen actividades complementarias como clases de pintura y charlas sobre el cuidado del medio ambiente.
Un balance muy satisfactorio
La idea es utilizar el buceo libre o apnea como una herramienta de transformación social con los niños de Taganga, explica Correa.
Para él esta es la oportunidad única de enseñar a los miembros de las comunidades costeras vulnerables de nuestro país una nueva alternativa en deporte y bienestar que integra salud mental y física junto a actividades al aire libre, llevándolos además a empoderarse de su patrimonio ecológico, recursos naturales y turísticos.
Y es que con la apnea se pueden transformar vidas: Yo les hago mucho énfasis de que esto es un deporte y la idea es que lleguen al alto rendimiento; para ello deben comer bien, tener hábitos saludables, no tomar, no fumar, recalca.
Entre los casos que le han resultado más satisfactorios menciona el de José David Quintero, conocido como Gato, que cuando empezó era pequeño, ya es mayor de edad, se hizo instructor de natación y de buceo; tenía una situación familiar difícil y ya veo que tiene su vida muy ordenada y tranquila.
El propio Gato cuenta su experiencia: Empecé a entrenar con Carlos en el 2017 para la Segunda Copa Delphinus y el primer logro que tuve con él fue bajar los 33 metros. Lo que me ha aportado ha sido mucho: dejar una vida muy loca, cambiar mi expectativa con el deporte porque aquí en la Costa es solo fútbol, conocer a muchas personas de todo el mundo y gracias a todo eso terminé siendo profesor de natación y de apnea básica.
Y como él, hay otros chicos que están teniendo un desarrollo interesante a una edad muy temprana. Algunos no sabían nadar, ya le perdieron el miedo al agua y se van mar adentro sin problema, comenta Carlos Correa.
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El siguiente paso para seguir adelante con esta noble iniciativa es construir una plataforma flotante que permita tener una escuela de apnea permanente y de calidad durante todo el año para los niños.
A través de la página https://vaki.co/vaki/freediving se están recaudando los aportes para conseguir esta base flotante de 3 metros por 3 metros, provista con una cuerda en suspensión por la que suben y bajan los apneístas.
Es un implemento nada difícil de conseguir. Tiene que ser estable y flotar bien. Puede ser en plástico, madera o fibra de vidrio. Se ubica en medio del mar, en un punto fijo que tiene la profundidad que uno necesite trabajar, según el nivel de las personas: 20, 40 o 100 metros, explica Correa.
La idea es poder contar con esta plataforma para antes de mayo, cuando se realizará una competencia internacional de apnea donde, además de competir, los niños podrán interactuar con los deportistas internacionales. Con su aporte será posible seguir transformando muchas vidas.
