Saber si las ballenas jorobadas con las que se toparon en las frías aguas antárticas son las mismas o parientes de las que a partir de julio se ven saltando y cantando en las cálidas aguas del Pacífico colombiano, era una de las tantas preguntas que los veinte científicos colombianos a bordo del ARC 20 de Julio querían resolver.
A la expedición que partió de Cartagena el pasado 16 de diciembre (y llega el 20 de marzo) se uniría tres semanas más tarde, en un puerto de Chile, la bióloga marina María Claudia Diazgranados, directora del Programa Marino de la ong Conservación Internacional Colombia. Ella, junto a la también bióloga Sandra Bessudo, tuvieron la misión de tomar fotografías y muestras de piel de dichos cetáceos.
La misión puntual de Sandra y usted era tomar fotografías y muestras de ballenas jorobadas para establecer si son parientes de las colombianas. ¿Cómo les fue?
El proyecto tiene varios componentes: el primero era ver la distribución de mamíferos marinos a lo largo del trayecto y específicamente en la Antártida. El segundo componente era tratar de identificar la mayor cantidad de individuos de ballenas jorobadas mediante fotoidentificación, básicamente tomándoles fotografías a la aleta caudal que es como su huella dactilar. Entre Sandra y yo tomamos entre 5 mil y 6 mil fotos, y hasta el momento tenemos identificados unos 37 animales. Estas fotografías se van a comparar con catálogos que ya existen de animales identificados en la Antártida y en Colombia. El catálogo de Colombia tiene identificados unos 2.400 animales que han venido a nuestras costas en los últimos 20 años. Y el tercer componente del proyecto era sacarles muestras de piel a las ballenas para hacer un análisis de población. Esas muestras las sacamos con un rifle y un pequeño dardo que hace como una raspadura en la piel, de 2 cm de largo por 2 mm de ancho. Ese análisis lo va a hacer la Universidad de Los Andes y se van a comparar los resultados con la información que ya se tiene de ballenas de nuestras costas.
¿Sabías que la Antártida es quizá el sitio más importante para la alimentación de las ballenas? En el verano se concentra allí el krill, pequeños crustáceos que son la proteína fundamental de su dieta. Cuando las ballenas llegan a nuestras costas no se alimentan, pues lo único que hacen es tener sus crías y darles leche o reproducirse
Una vez hagan los análisis y tengan los resultados, ¿para qué va a servir esa información?
Colombia es parte de la Comisión Ballenera Internacional y como tal promovemos el uso no letal de las ballenas y que la gente vaya y mire las ballenas en nuestras costas. Para eso necesitamos capacitar a los guías y para capacitarlos necesitamos tener información de las poblaciones que vienen a nuestras costas. Saber si las ballenas que vienen aquí a reproducirse son las mismas que van a la Antártida a alimentarse, es muy importante no solo como información para la gente, sino también para demostrar que hay una conectividad directa entre nosotros y otros países. Los mamíferos no tienen límites y cualquier acción que hagamos aquí va a tener sus repercusiones en otro lado y viceversa.
¿Para cuándo tendrían estos resultados?
Las muestras de genética llegan con el buque, entonces tan pronto lleguen se las daremos al laboratorio y esperamos que el análisis no pase de seis meses, porque nosotros tenemos un compromiso con el país, tanto de publicaciones científicas como publicaciones para el público en general. Además tenemos que participar en las dos reuniones importantes del Tratado Antártico, una en Sofía (Bulgaria) en junio y la otra en el segundo semestre en Uruguay, para las que debemos tener por lo menos un análisis preliminar de la información.
¿Qué fue lo que más le gustó o impactó de la Antártida?
Muchas cosas. La Antártida es como un planeta diferente, el hecho de estar totalmente incomunicado con el resto del mundo hace que tú te sientas en un escenario completamente distinto. Lo que más me llamó la atención fue el paisaje todo blanco porque el cielo en el verano no es azul sino muy gris, con muchas nubes, y las montañas están llenas de nieve. Es un paisaje muy blanco que genera en ti sensaciones muy distintas: a veces te entra un poco de felicidad extrema y otras veces una angustia terrible porque te hace falta el verde. Por otro lado, te parece que el tiempo corre a una velocidad diferente. En el verano hay luz todo el día y en la noche no hay oscuridad como tal. A las 11 de la noche vimos atardeceres y a las 12 de la noche la penumbra era como de un día a las 6 de la tarde. Entonces los días son extremadamente largos y le costaba a uno mucho trabajo ir a dormir.
La próxima expedición a la Antártida se está planeando para el verano antártico del 2016. Ya se abrió la convocatoria de los proyectos, los cuales serán seleccionados por la Comisión Colombiana del Océano y pasarán a revisión de los países del Tratado Antártico. Aquellos que aporten más van a ser aceptados,
Hablando de cambio climático, ¿vio algún signo evidente de que eso está ocurriendo o realmente no se ve a simple vista?
Evidentemente la Antártida es uno de los sitios más sensibles al cambio climático, además de que es el reservorio de agua dulce del planeta. Me llamó la atención la falta de algunas especies y según lo que hablé con personas que ya llevan varios años yendo, ha habido un desplazamiento muy evidente en las especies que están acostumbradas al frío. Yo esperaba ver muchísimas más especies de ballenas y solo vimos yubarta. No vimos delfines lisos, que es una de las más reportadas en esa zona y solo vimos dos especies de pingüinos. Este verano no ha sido tan frío. Yo me preparé para ir a una temperatura de -20°C con sensación térmica de -40 y nunca tuvimos eso, máximo creo que -4°C y -10. Es evidente que hay un cambio que está ocurriendo, pero son solamente impresiones que requieren un estudio a largo plazo.
¿Para Colombia qué significa esta expedición?
Hay varias implicaciones, una de las más importantes es el aspecto geopolítico. Colombia es parte del Tratado Antártico desde hace más de 10 años y uno de los requisitos para poder ser parte consultiva, es decir, tener voz y voto, es hacer presencia a través de investigación científica. Con esto hemos logrado ese compromiso. Desde el punto de vista de la investigación, fuimos pioneros en organizar una expedición en un barco propio. Ninguno otro país que está en la Antártida ha hecho eso. La investigación que hicimos va a aportar mucho a la ciencia en general, pues recogimos muestras de agua y sedimentos que vamos a analizar para obtener información de corrientes, productividad, concentración de metales pesados y contaminación, pero también hicimos levantamiento batimétrico de casi todo el canal de Gerlash, que no existía. Como investigadores podemos estar muy satisfechos del trabajo que se hizo. Por ser la primera vez tuvimos muchas lecciones aprendidas sobre requerimientos, pero es un gran paso y tenemos información nueva sobre la Antártida que complementa cosas que ya han hecho otros países con los cuales estamos trabajando en alianza.
Colombia tiene pensado construir una base de investigación en la Antártida. Para ello tendría que seleccionar el área, realizar los estudios, proponerlo al Tratado Antártico y, por supuesto, gestionar los recursos.