Cuando se habla de microplásticos, normalmente se hace referencia a las bolsas, botellas, empaques, cubiertos, pitillos y otros elementos de plástico que comienzan a fragmentarse en pequeños pedazos por la acción del sol, el viento, el oleaje o el calor, con lo cual terminan en ríos y océanos, y posiblemente en los tractos digestivos de la fauna marina.
Pero hay otro problema que pasa inadvertido y son los microplásticos que se producen y se agregan de manera intencional a una amplia variedad de productos cosméticos y de aseo. Los detergentes, por ejemplo, tienen unas pequeñas partículas de colores, visibles a simple vista, que ayudan a sacar la mugre. Con un poco más de esfuerzo también se pueden notar las pequeñas esferas que poseen los exfoliantes faciales.
Desodorantes, champús, tintes para el cabello, cremas de afeitar, cremas antiarrugas, cremas de dientes y muchos otros productos, sin mencionar sus empques, contienen partículas plásticas que cumplen variadas funciones, entre ellas exfoliar, emulsificar, ser abrasivos o regular viscosidad. Por eso están presentes en casi todo lo que compramos por catálogo o en el supermercado.
Esas partículas pueden ser microplásticos que son las de menos de 5 mm, microperlas de menos de 1 mm o nanoplásticos que son aún más pequeños y pueden penetrar la piel humana. Incluso escapan a la filtración que realizan las plantas de tratamiento de aguas residuales, por lo que llegan directamente a las fuentes de agua.
Un estudio reciente citado por WWF examinó agua embotellada de 11 marcas diferentes provenientes de nueve países y encontró contaminación por micropartículas plásticas en el 93 por ciento de las botellas. Las consecuencias en la salud aún están por determinarse pues se necesita más investigación médica, pero algo deberíamos hacer para evitar que el plástico entre a nuestros cuerpos.
¿Qué hacer frente a esta contaminación invisible?
Exigir a la industria que sus productos estén libres de plástico y dejar de usarlos. La página https://www.beatthemicrobead.org/ ofrece una guía para fijarse en los productos que contienen ingredientes microplásticos tales como: polietileno (PE), metacrilato de polimetilo (PMMA), nylon, tereftalato de polietileno (PET) y polipropileno (PP).
Otra solución es reemplazar los habituales productos de aseo y cosméticos por alternativas amigables con el ambiente. Por ejemplo, si deseas exfoliar tu rostro, ¿por qué no recurrir a las recetas de las abuelas como preparar una mezcla de miel y azúcar?
También podrías usar y reusar la copa menstrual en lugar de comprar paquetes de toallas higiénicas, o regresar a la costumbre de los pañales de tela para evitar el desperdicio de cientos de pañales desechables.
En tus manos está la decisión porque pequeñas acciones generan grandes cambios.
En Colombia ya hay muchas tiendas que ofrecen estas alternativas: