Aguas cálidas pero no mucho, lo suficientemente quietas para que los gametos puedan encontrarse, oscuras para evitar a los depredadores y libres de los sedimentos que traen las lluvias, son las condiciones apropiadas para que este milagro de la vida pueda ocurrir.
El desove de coral en las islas del Rosario se presenta solo una vez al año, justo seis días después de la luna llena de septiembre, aproximadamente a las 9:20 p.m. Es el justo momento en que los corales liberan millones de gametos (óvulos y espermatozoides) para que se fertilicen y formen las larvas que garantizarán la supervivencia de las colonias de coral.
Santiago Estrada, fotógrafo submarino e instructor de buceo, fue testigo de ese mágico momento y nos compartió no estas imágenes sino también este relato de lo que vivió:
“Cuando empecé mi carrera de buceo, hace más de 17 años, los corales fueron algunos de los organismos más fascinantes que encontré bajo el mar; sus formas, colores, estructuras y texturas dejaron en mí una profunda admiración y una de mis primeras tareas fue tratar de entenderlos. Desde el momento de su nacimiento y de las múltiples opciones reproductivas que tienen, el desove coralino es uno de los espectáculos más hermosos que tiene el arrecife, ya sea por su rareza o por la fina combinación de condiciones ambientales, climáticas y astronómicas, que lo posibilitan. Los pasados domingo 14 y lunes 15 de septiembre, al igual que todos los años más o menos por esta época, la luna y el mar se enamoran para dar a luz a las pequeñas esporas y sacos gaméticos que salen de las colonias coralinas. En un seguimiento que hemos realizado durante muchos años, y con la colaboración de biólogos marinos, este año pudimos fascinarnos con este milagro de la creación. Por ello, me di a la tarea de mostrar estas imágenes, en especial pensando en quienes no tuvieron la oportunidad de verlo”.Imágenes tomadas del video de Santiago Estrada que usted puede ver en nuestra página de Facebook pulsando aquí
