Dentro del marco del proyecto de restauración de arrecifes de coral a través de la cría de larvas de las especies de corales pétreos más importantes en el Caribe colombiano, se llevaron a cabo una serie de actividades en el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo (PNNCRySB) entre el 2 y el 17 de septiembre del 2023, las cuales se dividieron en tres fases:
- Una primera fase de campo para ubicar y marcar colonias de dos especies de coral cerebro, Pseudodiploria strigosa (Pstr a partir de ahora) y Colpophillia natans (Cnat a aprtir de ahora), consideradas objeto de estudio para esta parte del proyecto.
- Una segunda fase de campo y de laboratorio en las que se colectaron los gametos, se realizó la fertilización asistida y el seguimiento del desarrollo embrionario, específicamente, de Pseudodiploria strigosa que fue la única que liberó gametos. Complementariamente, se llevó a cabo un experimento con “encierros” in situ donde se sembraron larvas de esta última especie junto con los sustratos dispuestos para su asentamiento.
- Una tercera fase de educación y sensibilización sobre la protección y conservación de los ecosistemas marinos con la comunidad local de Isla Grande y los buzos recreativos de otras ciudades que asistieron al desove.
Todo lo anterior se llevó a cabo gracias al esfuerzo y trabajo de un equipo interinstitucional como Parques Nacionales Naturales de Colombia, Ecomares, WWF, Fundación Grupo Argos, Avianca, McPZ Foundation, Agenda del Mar, Secore, el Oceanario de las Islas del Rosario, la Universidad del Magdalena, Universidad Jorge Tadeo Lozano, el centro de buceo Diving Planet, Pavo Real Film, Diving Life y el hotel San Pedro de Majagua.
Los días 5 y 6 de septiembre (6 y 7 días después de la luna llena del mes de agosto), se monitorearon un total de 69 colonias (31 de Cnat y 38 de Pstr), localizadas en 2 diferentes zonas del parque: puntos de buceo de Fiesta y Alex Place (Barrera norte y plataforma al sur de Isla Grande, respectivamente). Del total de colonias observadas, solo 11 liberaron gametos, específicamente, de Pstr (no se observó liberación de Cnat), los gametos recolectados fueron llevados al laboratorio en el hotel San Pedro de Majagua (Isla Grande) para la fertilización asistida.
Luego del proceso de fertilización, se separaron, aproximadamente, unos 105.000 embriones que fueron repartidos en 2 experimentos: 15.000 fueron sembrados en ensaladeras (vasijas de polipropileno de 1 litro) para cría de larvas y seguimiento del desarrollo embrionario y 90.000 fueron sembrados en canastas de 60 litros para la cría de larvas, únicamente. Al cabo de 5 días, cuando ya las larvas mostraron movimientos tanto horizontales como verticales, comportamiento típico de larvas casi listas para asentarse, se pusieron sustratos en el fondo tanto de las ensaladeras (2 sustratos por ensaladera) como en las canastas (37 sustratos por canasta).
Como tercer método de cría de larvas, se tomaron las larvas competentes para el asentamiento (5 días después de la fertilización mostrando movimiento tanto horizontal como vertical, buscando el fondo) y se llevaron a un encierre previamente elaborado, instalado a 12 metros de profundidad, con sustratos acondicionados con algas coralinaceas costrosas (CCA). Estas se llevaron en bolsas ziplock cerradas con agua de mar las cuales se abrieron dentro del encierro para evitar la pérdida de estas. Se espera conocer los resultados del asentamiento para el mes de diciembre.
El resultado del trabajo en laboratorio nos permitió llevar al arrecife un total de 625 pólipos genéticamente diferentes. Tomando en consideración el número de embriones sembrados al inicio del experimento, esto nos arroja un 4,2% de asentamiento. Para el caso de las canastas, el conteo al azar de 4 de cada 37 sustratos arrojó el dato de 76 pólipos asentados. Considerando el numero inicial de embriones en cada canasta (0,5 ml de embriones equivalente a 7.500 individuos) se puede estimar que el número aproximado de reclutas de este experimento fue de 483 en 286 sustratos, por lo cual se estima un 0,6% de asentamiento.
Todos los sustratos, contados y no contados se llevaron al arrecife donde serán revisados en diciembre para obtener sobrevivencia post-asentamiento. Se espera que ya en el medio y a esa profundidad (12 metros), se puedan alimentar y sobrevivir ya que la temperatura, si bien no es la “ideal” (<28°C), si está cercana a los 30°C.
La doctora Elvira Alvarado, directora del proyecto, nos comenta que aunque los números no parecen dar idea de éxito, el resultado no es negativo. En la naturaleza, los que logran sobrevivir son menos del 0,001%. Lo que estamos produciendo es un número mucho mayor ya que asistimos el proceso desde el inicio con una tasa de fertilización muy alta. En este ejercicio de septiembre logramos subir los números de pólipos de 279 en laboratorio con O. faveolata en 2022 a 701 individuos nuevos en el arrecife con Pseudodiploria strigosa.
Educación ambiental
Como complemento al trabajo de biología realizado en campo y en laboratorio, este año se incluyó un aspecto muy importante en el proyecto; la educación ambiental con la comunidad, desarrollado por la Agenda del Mar, con el apoyo de Parques Nacionales Naturales de Colombia, a través de un taller que hace parte del proceso educativo “El océano empieza en mí” para la construcción de una cultura más consciente y responsable con la naturaleza. Los aliados más importantes en el proceso de conservación del arrecife son las comunidades de las Islas: por eso, desarrollamos el taller con participación comunitaria para que reconozcan y valoren su territorio con el fin de emprender acciones articuladas de cuidado ambiental.
Cabe resaltar que todo este trabajo se hizo en medio de un evento de blanqueamiento masivo de muchas de las especies de corales duros como resultado de la alta temperatura del mar que se presenta por esta época en todo el mar Caribe (30 – 32°C). Lo anterior, ratifica la importancia de nuestro trabajo ya que las colonias que fueron seleccionadas para monitoreo son colonias que, afortunadamente, presenta buen estado de salud con una cobertura de tejido vivo de más del 80% y sin blanqueamiento, lo que nos permite concluir que son colonias resistentes a las altas temperturas, ideales para este proceso de cría de larvas en laboratorio.
Como ves, hay mucho trabajo por delante, mucho trabajo de campo y de laboratorio y, al mismo tiempo, de educación ambiental, no solo con la comunidad, sino cada uno de nosotros, así vivamos “lejos” del mar; recuerda, ¡El mar empieza en casa!
¡Buen viento y buena mar!