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Emergencias en altamar, ¿qué debemos hacer?

Una noche de marzo, en medio de una tormenta con vientos de casi 90 nudos, un velero holandés que viajaba desde San Blas (Panamá) hasta Cartagena quedó a la deriva después de que sus velas se rompieran. Eran las dos de la madrugada y la vida de sus nueve
Una noche de marzo, en medio de una tormenta con vientos de casi 90 nudos, un velero holandés que viajaba desde San Blas (Panamá) hasta Cartagena quedó a la deriva después de que sus velas se rompieran. Eran las dos de la madrugada y la vida de sus nueve ocupantes, ocho de ellos extranjeros, corría peligro. No obstante, una llamada los salvó.  
 
 
 
Por medio de la línea 123, los navegantes del Island Fever reportaron la emergencia a la Policía, que de inmediato dio aviso a la Estación de Guardacostas de Cartagena iniciándose así la operación de búsqueda y rescate. Transcurrida una hora, la embarcación fue localizada a 12 millas náuticas de la Isla de Barú y posteriormente fue escoltada hasta Cartagena.
 
Días después, durante Semana Santa, otro velero, el San José I, tuvo un percance mientras se dirigía desde Cholón hacia la bahía de Cartagena. Su botalón de proa se reventó y no pudo continuar su rumbo, con el riesgo adicional de desarbolar.
 
Aunque todo sucedió a plena luz de la mañana y se encontraba a solo 2 millas náuticas de la boya de mar, la comunicación por radio, a través del canal 16 de VHF (exclusivamente destinado al socorro, urgencia, seguridad y llamadas) presentó dificultades. Ni los Guardacostas ni la estación de tráfico marítimo San José, ubicada a solo 4 millas náuticas del lugar del incidente, pudieron escuchar la llamada de auxilio. Finalmente los tripulantes lograron comunicarse con Buceo y Salvamento, que a su vez contactó a los Guardacostas que acudieron al rescate. 
 
Ambos casos recuerdan la necesidad de revisar muy bien los equipos de comunicación antes de emprender los viajes, advierte el Capitán Germán Collazos, comandante de Guardacostas de Cartagena. Además, saber que se cuenta con el canal 16 de VHF y la línea única de emergencias 123 (se marca sin prefijos desde teléfono fijo y celular) para pedir ayuda ante cualquier eventualidad.
 
Tomar medidas preventivas adquiere hoy en día mayor importancia, toda vez que Cartagena se posiciona cada día como el destino preferido para los deportes náuticos en Colombia, lo que conlleva a un aumento del tráfico de todo tipo de embarcaciones (veleros, lanchas, cruceros y demás).
 
Precisamente para responder a esta necesidad, acaba de publicarse la Guía Náutica Turística de Colombia, que ofrece información útil para la navegación en yates, megayates y veleros por los litorales Caribe y Pacífico, además de información turística de cada departamento. Puede consultarse y descargarse gratis en ISSU
 
Preparados para las emergencias
 
 
Los del Island Fever y el San José I fueron, finalmente, dos rescates exitosos y se suman a los más de 70 que se han realizado este año, con un total de 190 turistas sanos y salvos, según cuentas del capitán Collazos. En el caso del Island Fever, “lo que hicimos fue enviar tres unidades, en medio de ese mar les pasamos combustible y un perito que se botó al mar, siguiendo unos procedimientos de seguridad muy definidos con líneas de vida, se subió al velero, los desvaró y los escoltamos hasta Cartagena”, relata el Capitán.
 
En cuanto al velero San José I, “cuando sucedió este hecho estando tan cerca de Cartagena, yo pedí que lo remolcaran precisamente para evitar la incomodidad de acceder a un servicio de remolque que habría costado de 2 a 5 millones de pesos”, anota el Capitán.
 
Aclara, no obstante, que la misión de los Guardacostas es salvaguardar la vida humana en el mar y esto no incluye el servicio de taller o grúa para remolcar las embarcaciones. Por eso no lo hacen normalmente en cualquiera de sus operaciones de rescate. “No es nuestra función. Guardacostas no tiene la obligación ni los medios para remolcar”, anota el funcionario. Son las pólizas que adquieren los propietarios de las embarcaciones las que cubren este tipo de incidentes, señala.
 
Para poder velar por la integridad de la vida humana en el mar, el Cuerpo de Guardacostas de la Armada Nacional cuenta con estaciones de primero, segundo y tercer nivel, tanto en el Caribe como en el Pacífico, dentro de las primeras 12 millas náuticas (aproximadamente 24 kilómetros) que comprende el mar territorial. Estas estaciones están dotadas con modernos sistemas electrónicos de vigilancia y localización, personal capacitado y embarcaciones para efectuar los rescates.
 
“En temporada alta se transportan por la bahía de Cartagena y las islas del Rosario hasta un millón 300 mil turistas y por ser tan transitada es que tenemos muy buenas comunicaciones”, anota el Capitán.
 
Recomendaciones a los navegantes
 
Con base en las entrevistas con el capitán Collazos y la Guía Naútica Turística de Colombia, compartimos algunoas recomendaciones útiles para los navegantes:
 
  • Toda embarcación debe estar tripulada por una persona licenciada y autorizada por la autoridad marítima. “La licencia que otorga la Dimar es como el pase de conducción”, afirma el capitán Collazos.
  • Se debe tener un plan de navegación donde se identifiquen los puertos de salida y de llegada, además de puntos alternos por si se presenta una emergencia saber a dónde dirigirse. Además, tener líneas de comunicaciones primarias y secundarias.
  • Si se navega en las islas del Rosario y en el área de Playa Blanca debe saberse que hay una subestación de Guardacostas en las islas del Rosario que atiende llamados en el canal 16 de VHF. También está el teléfono único 123 que comunica con un centro de atención donde se redirecciona la emergencia a las entidades competentes. Más cerca de Cartagena, entre el archipiélago y Bocachica, está la estación control San José que también atiende llamados por el canal 16 de VHF.
  • Es muy importante verificar que los equipos de comunicación de las embarcaciones estén en buen estado, pues es fácil asumir que la autoridad es la que los tiene dañados. Se debe revisar el estado de las baterías y de señal de su propio equipo.
  • Se deben tener vigentes los certificados de la embarcación (equivalentes a la revisión técnico-mecánica). La inspección es anual en el caso de las embarcaciones comerciales y bianual para las de recreo. No tenerlos al día puede conllevar a investigaciones disciplinarias y consecuencias jurídicas.
  • Toda embarcación debe tener botiquín de primeros auxilios, chalecos salvavidas y bote auxiliar.
  • Si va a desplazarse en embarcaciones comerciales, asegúrese de hacerlo con empresas certificadas. El tiquete que se compra en el muelle es la prenda de garantía en caso de necesitarse una evacuación de emergencia.
 
 
Fotos: Santiago Arbeláez y Maria José Ospina
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