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“El océano nunca dejará de sorprenderme”: Sandra Bessudo

Al frente de la Fundación Malpelo y Otros Ecosistemas Marinos, la bióloga marina Sandra Bessudo se ha convertido a lo largo de dos décadas en un referente de la protección de los océanos en Colombia y en el mundo entero.

La revista francesa Elle acaba de incluirla entre las 27 mujeres más importantes del mundo para la defensa del ambiente, reconocimiento que recibió con sorpresa, pero “con mucho agradecimiento por quienes de alguna manera han puesto su granito de arena para proteger la naturaleza y la biodiversidad”.

Con Sandra Bessudo hablamos sobre distintos temas, tanto acerca de su labor en favor de la conservación, como de temas actuales y polémicos como la pesca ilegal, el puerto en el golfo de Tribugá y la contaminación por plásticos.

¿Cuál es la clave del éxito para que una ONG como la Fundación Malpelo y otros Ecosistemas Marinos que usted creó llegue a cumplir 20 años?

Los cumpliremos en diciembre y creo que la clave del éxito está en la persistencia, en la ética, la transparencia, en realmente estar convencido de lo que uno está haciendo. El éxito está en involucrar a las distintas instituciones, tanto al Gobierno Nacional, como lo hicimos a sus comienzos con la Armada Nacional, con los operadores de buceo, con los científicos de diferentes universidades y ONG. Creo que unir la gente es la clave del éxito. Cuando uno muestra resultados, cuando se muestran avances y la gente cree y confía, es la base del éxito.

Todo esto empezó por el buceo. ¿Qué mensaje le daría a los buzos y su papel frente a la conservación de los océanos?

Lo que nos gusta a los buzos no es solamente el hecho de flotar, estamos ahí sobre todo porque queremos ver fauna, porque queremos ver vida, porque queremos seguir maravillándonos y descubriendo lo que hay debajo del mar. Les pediría, como siempre lo hago, que por favor sean conscientes de sus acciones cuando van a bucear. Muchas veces no lo pensamos, a veces van en el barco y tienen en la mano un vaso de plástico, un papel de una colombina, lo ponen sobre la mesa y este finalmente se lo lleva el viento y para en el mar. Queriendo o no con las aletas dañamos corales, entonces es importante que los buzos nos concentremos en tener buena flotabilidad y tener respeto por las zonas que visitamos. Otro mensaje es para los operadores que tienen embarcaciones es que tengan cuidado con las anclas, pues estas pueden destruir todo un ecosistema. Simplemente el mensaje es que seamos conscientes de nuestras acciones.

Usted ha sido muy combativa frente al problema de la pesca ilegal. ¿Qué avances se han logrado en estos 20 años y qué falta por hacer?

La gente no se da cuenta de las dimensiones del problema. La pesca ilegal, la pesca no declarada, la no reglamentada está acabando con los recursos marinos. Seguimos con la pesca de arrastre y en efecto eso da trabajo, pero destruye ecosistemas. Hay una cantidad que pescan y no sirve, como en la pesca de camarón, donde lo demás se devuelve al mar pero muerto. Los ilegales están entrando a zonas que son áreas importantes de reproducción que sirven para abastecer otras zonas, entonces es algo que no se puede permitir porque está atentando contra la seguridad alimentaria y el sostenimiento de la biodiversidad. Dentro de los grandes logros creo que el más importante se dio a finales de 2017 con la ley de pesca ilegal que le dio las herramientas al Estado para poder actuar en estos casos. Antes el problema es que todos se pasaban la pelota y ahora todos saben qué se debe hacer. Los pescadores colombianos han entendido que no se puede pescar en el área protegida de Malpelo porque es relativamente poca la que se ha encontrado pero sí de países vecinos, así que es importante seguir trabajando las mesas binacionales de lucha contra la pesca ilegal.

 

¿Con más de 7.000 inmersiones en aguas abiertas, qué es lo más sorprendente que ha visto y qué le gustaría encontrarse en las profundidades? ¿Hay algo que todavía esté buscando?

Después de tantos buceos cuando uno ve algo que nunca había visto, me sorprendo, así sea algo grande o chiquito. A veces a uno se le va el aliento de la emoción, pero tal vez el regalo más grande que me ha dado Malpelo es ver de cerca el tiburón monstruo. Se creía que era como una leyenda, nadie lo había podido observar claramente, no se sabía si era cierto o no. En el año 98 tuve la fortuna, con Sandra Henao, de encontrarnos con este tiburón enorme, una hembra preñada de 4 metros, la perseguimos y vimos que había otro y de allí la curiosidad por conocer este tiburón, saber su especie, estudiarlas, poderlos entender. Pero realmente el estar con ballenas, con orcas, con tiburón blanco, tigre, con marlin, pez vela, en fin, todos esos encuentros son maravillosos. Creo que el océano nunca dejará de sorprenderme, eso es lo que me mantiene ahí, porque así los vea 80 mil veces nunca dejan de sorprenderme, realmente esto es lo que me llena el alma.

Foto: Olivier Borde, Fundación Malpelo y Otros Ecosistemas Marinos

El puerto en el golfo de Tribugá es un tema que preocupa a los conservacionistas y a la misma comunidad del Chocó. ¿Qué opina del proyecto y particularmente cómo se afectarían los tiburones que mantienen conexiones con Malpelo?

Obviamente estoy en contra de este puerto porque no le está apuntando al desarrollo del país sino más bien a destruir una zona única que puede tener un desarrollo muy gratificante para las comunidades que es el del ecoturismo de naturaleza y de biodiversidad. Esa es la vocación de esa zona, y por lo tanto, siempre y hasta que pueda trataré de hacerle entender a la gente que esa zona se debe mantener. Estando de asesora del presidente Santos, se abrió el tema del puerto y yo dije que no se podía, y me decía “contigo nada se puede” y le explicaba que ya había puertos, que lo que necesitaba era mejorarlos, pero hay zonas donde definitivamente no se debería. Pasó el tiempo y se hizo un acuerdo para la prosperidad en esa zona del Chocó, y ese día salió el sol y el mar estaba absolutamente plano y las ballenas saltaban y el presidente pudo ver ese espectáculo y le pregunté: “Presidente, ¿a usted le parece que un puerto aquí quedaría bien?” y en ese momento se convenció de que ese sitio no era para ese puerto. Pero cambió el gobierno y se abrieron nuevamente las intenciones de hacerlo, pero yo creo que hay otras oportunidades más importantes para esas comunidades y, sobre todo, porque necesitamos proteger y conservar mejor nuestro país y el planeta.

Usted que ha trabajado de cerca con el Gobierno, ¿cómo cree que se puede convencer a este de los costos ambientales, sociales y culturales sobre los que han alertado los científicos y las comunidades?

Yo creo que mal haría el gobierno en no entender la importancia de los ecosistemas y del medio ambiente en general y que su destrucción trae unos costos ambientales sociales y culturales enormes. La pérdida de ecosistemas, la contaminación del agua, del aire, trae unos costos en términos de productividad, de alimentos, de salud, de desarrollo. Acabar con ecosistemas puede acabar con las culturas que están ahí, es mejor prevenir y de hecho eso está en nuestra constitución. Estamos obligados como país a la prevención. Dialogando, hablando, teniendo información, comunicando de manera ética, sin peleas ni amenazas, entendiendo y poniéndose en las diferentes posiciones, creo que los gobiernos pueden entender y evitar que esto suceda.

Frente al problema de la contaminación por plásticos, ¿está de acuerdo con la prohibición del uso de plásticos de un solo uso? ¿Cuáles son para usted las soluciones más urgentes?

Yo creo que más que prohibir es cómo los ciudadanos manejamos ese plástico, que de una u otra manera nos ha ayudado. Obviamente es mejor que no haya tanta producción de plástico y que se logre manejar materiales más amigables. El icopor es terrible y muchas artes de pesca artesanal y boyas estan hechos de plástico y se desmenuza muy fácil. Aquí el problema es la disposición y obviamente que se logre generar una nueva economía que ayude a eliminar todo el plástico que está por ahí rondando, que se pueda reciclar e ir pensando cuáles son las nuevas tecnologías que permitirán que la gente pueda seguir utilizando esos productos que tanto nos fueron útiles.

 

  • Acciones de la Fundación Malpelo

    La Fundación Malpelo sigue apoyando de la mano de Parques Nacionales a la institucionalidad colombiana. Estamos apoyando los programas de investigación y monitoreo, para ver claramente qué está pasando con los ecosistemas, las especies y con todo lo que rodea a la isla e inclusive al continente. Básicamente nuestra área de trabajo son los tiburones y grandes pelágicos, con ellos estamos haciendo monitoreos y telemetría satelital y acústica para conocer sus movimientos. Por ejemplo, hemos descubierto que los tiburones adultos que están en Malpelo llegan a la costa colombiana a tener sus crías, muy específicamente a la zona del Golfo de Tribugá, donde trabajamos con la comunidad para tratar de salvar esta especie.

    Estamos apoyando los temas de control y vigilancia con la embarcación que donó la Fundación Biodiversity Conservation Colombia. También estamos aportando con educación, comunicaciones y  divulgación, y el programa de ecoturismo donde estamos involucrando a la ciudadanía en nuestras expediciones específicas de ciencia ciudadana donde los turistas pueden conocer aprender y participar en algunos casos en la toma de información.

    Toda la información que se está generando en Malpelo se está subiendo al Sistema de Información Geográfico (SIG) y esto permite que otros la puedan utilizar respetando los créditos de los autores.

    También hemos venido apoyando varias expediciones al continente Antártico, bajo una alianza que hemos conformado con investigadores de mamíferos marinos para generar información relevante para el País que pueda no solo abastecer las negociaciones dentro de los diferentes convenios internacionales la entrada al tratado Antártico, también que puedan apoyar a la comisión ballenera internacional entre otros .

    Hemos estado trabajando con el gobierno francés para ampliar el área marina protegida del Atolón de Clipperton (Pacífico) mostrando las buenas prácticas que tiene el área marina protegida de Malpelo, donde los barcos que llegan allá se tienen que amarrar en unas boyas que hemos instalado con muchísima dificultad, lo que ha permitido que los fondos marinos estén preservados y no tengan este impacto causado por las anclas de los barcos.

    Estamos buscando nuevos líderes en las comunidades, es ahí donde necesitamos apoyar al país, mostrarles que hay oportunidades inmensas, que pueden salir del contexto de violencia y que pueden soñar.

    Logramos después de varios años de trabajo con Conservación Internacional, Parques Nacionales y el Fondo para la Acción Ambiental y la Niñez, crear un fondo patrimonial para Malpelo. Parte de los dividendos los utilizamos para poder generar las acciones concretas que venimos desarrollando, y requerimos ampliar, así que estamos buscando la manera como grandes empresas y las personas quieran de una u otra manera quieran seguir contribuyendo o apoyar a la Fundación Malpelo.

 

Conoce y apoya los programas de la Fundación Malpelo aquí: fundacionmalpelo.org

 

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