El kitesurfing es uno de los deportes náuticos más populares hoy en día que, junto con el windsurfing, podrían considerarse como hijos inquietos de la evolución del surf. No conformes con remontar las olas montados sobre una tabla, le sacan el máximo provecho al viento. Mientras en el windsurfing el navegante se impulsa con una vela, en el kitesurfing lo hace con una cometa.
Ambos deportes, que aumentan fanáticos en Colombia, son fáciles de aprender por personas de todas las edades. Son además muy completos, pues ejercitan todo el cuerpo y exigen tener buena condición física.
El kitesurfing exige vientos más fuertes y constantes que el windsurf, y en ocasiones requiere de una lancha de apoyo puesto que las tablas, por lo general, no tienen flotabilidad a excepción de las tablas para competencia o racing.
No obstante, el kitesurfing ha venido evolucionando para adaptarse a vientos suaves, con cometas más grandes y livianas, y tablas de mayor volumen. Sumado al hecho de que es muy fácil de aprender, ha permitido que en los últimos años le haya ganado terreno al windsurfing.
Alejandro Echeverri, gerente de + Azul, Buceo y Vela, empezó a practicar kitesurf hace seis años y es uno de los instructores que cada vez más se certifican en Colombia, con el aval de la International Kiteboarding Organization, IKO.
La sensación con el kitesurfing es mezcla de adrenalina y disfrute. Cuando vas navegando y viendo esos atardeceres y esos paisajes es una experiencia sobrecogedora, se siente como volar, literalmente estás volando, comenta.
¿En qué consiste el kitesurfing?
Este deporte consiste en el uso de una cometa (kite), la cual está sujeta al deportista por 2, 4 ó 5 cuerdas que se fijan mediante un arnés al cuerpo del mismo, para tirar de una pequeña tabla de surf en el agua.
La combinación de la tabla con la cometa permite alcanzar grandes velocidades sobre el agua y realizar espectaculares saltos.
¿Cuáles son las modalidades?
Hay dos modalidades básicas: una es freestyle, donde se puntúan los mejores y más difíciles saltos, tomando en cuenta las maniobras y movimientos que se efectúan.
La otra son las regatas o competiciones que al igual que en el windsurf, se realizan en zonas delimitadas por boyas que indican el recorrido a seguir desde la salida hasta la llegada.
¿Dónde practicarlo?
La temporada de vientos alisios entre diciembre y abril es la más idónea para practicarlo en todo el Caribe colombiano, aunque los vientos fuertes y constantes durante todo el año convierten a La Guajira, Puerto Velero (entre Barranquilla y Cartagena) y Lago Calima (Valle) en los destinos preferidos para la práctica de este deporte.
A las playas de estos lugares acuden hombres y mujeres de las diferentes ligas del país para competir por puntos para el ranking nacional y adquirir cupos para competencias internacionales.
Según Echeverri, en Colombia donde más se hace kitesurfing es en el Lago Calima porque hay unas condiciones muy especiales de viento casi todo el año, allí están las escuelas más grandes y es donde la mayoría ha aprendido porque es de más fácil acceso que el Cabo de la Vela y otros lugares. También hay otro spot cerca de Bogotá, en la represa de Chivor, pero con cometas más grandes.
Ocasionalmente se organizan viajes en velero o kite trips en los que grupos de kitesufistas o kiters se embarcan en busca del viento, anota Echeverri.
En Colombia también se viene realizando desde el año pasado el Downwind 150K, una maratón de 150 kilómetros en las costas de Bolívar y Atlántico, que cuenta con la participación de kiters de todo el mundo, entre ellos un nutrido grupo de mujeres, quienes muestran su empoderamiento en este tipo de actividades. Este evento es organizado por Kite Eco Travel, empresa de la venezolana Adriana Espinosa y la antioqueña radicada en Barranquilla, Sasha Ferrer, quienes busca atraer a nuestras costas a los extranjeros practicantes del kitesurf.
¿Qué se necesita para aprenderlo?
El kitesurfing tiene sus riesgos, no es una actividad peligrosa si se toman las precauciones del caso. Es necesario conocer sus principios básicos y tener en cuenta unas normas básicas de seguridad, así como procedimientos de rescate que permitan resolver situaciones de rotura de material, caída de la cometa y otras que se puedan presentar.
Para empezar se necesita saber nadar y no tener un impedimento físico en los brazos porque con ellos se controla la cometa. No obstante, es un deporte que requiere más fuerza en la parte baja de la espalda, las piernas y el abdomen, explica Echeverri.
El primer paso del kitesurfing es elevar la cometa en una posición neutral, en la cual queda directamente sobre la cabeza, de forma que la cometa no tira más que el peso del cuerpo.
En un curso de iniciación, el navegante tomará contacto con la fuerza de la cometa en las distintas posiciones de la ventana de vuelo, y aprenderá a subirla, bajarla, soltarla y recuperarla.
¿Cuál es el panorama mundial de este deporte?
Son dos los circuitos mundiales que realizan competiciones durante todo el año y donde el freestyle es la modalidad más importante: la Professional Kiteboarding Riders Association y el Kite Professional World Tour.
Marruecos, España, República Dominicana, Brasil, Portugal, Chile, Bélgica, Holanda, Venezuela, Grecia, Italia, Alemania y Austria son algunos de los países donde se realizan estas pruebas.
¿Cómo está Colombia a nivel competitivo?
Colombia está empezando a tener reconocimiento internacional en kitesurfing con figuras como el sanandresano Ricardo Leccese, quien en 2012 y representando a Italia, se alzó con el título de European Champion 2012 en la categoría de Course Racing masculino. También está el joven vallecaucano Valentín Rodríguez, quien en 2017 fue tercero en la Copa Mundo Pro en Francia y en 2018 se llevó el premio a la mejor maniobra en el DR Open que se realizó en República Dominicana.
El país también cuenta con algunos fabricantes de tablas para kitesurfing, como Harold Granados Cogua en Darién, Lago Calima, que utiliza materiales autóctonos como el bambú.
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Aunque el kitesurf es un deporte muy reciente, se sabe que en el siglo XII, en China e Indonesia, se usaban cometas para arrastrar pequeñas embarcaciones. Sin embargo, se considera al holandés Gijsbertus Adrianus Panhuise como el primer kitesurfista, ya que en 1977 patentó un sistema de navegación que consistía en una tabla de surf arrastrada por paracaídas. En 1978, el estadounidense Dave Culp diseñó la primera cometa con el borde de ataque hinchable. En 1985 los hermanos Dominique y de Bruno Legaignoux (Francia) hicieron una demostración de navegación sobre esquís traccionados por cometas en la Brest International Speed Week, y en 1987 consiguen la patente de la primera cometa que puede despegar desde el agua. Entre los más destacados deportistas figuran Robby Naishm, quien también pasó a ser uno de los más importantes fabricantes de material de kitesurf.