Maria de Jesús Paz Quiñones Representante Legal Fuvipia. Mujeres Vigía de la Piangua.
La piangua, que es parte de nuestra economía, se nos estaba acabando, por eso decidimos conservar los manglares y la piangua, por el bienestar de nuestras comunidades. Cuidar de los manglares, es cuidar de nuestras costas y nuestra gente.
Esa actividad de conservación la venimos realizando en 900 hectáreas de manglar alrededor de la comunidad de Mangaña, del Concejo Comunitario La Plata Bahía Málaga, y la idea es que este primer ejercicio, este piloto que estamos realizando, se pueda replicar en otras comunidades, que todas puedan hacer parte de este gran viaje que hemos emprendido a favor de la protección, cuidado, uso responsable y sostenible de nuestros recursos.
El trabajo de conservar los manglares y sus recursos asociados consiste en apropiarnos de una herramienta muy importante: el primer acuerdo de conservación de piangua y manglar del Valle del Cauca, diseñado de manera participativa, el cual contiene acciones que deben ser implementadas por las mismas personas usuarias del recurso como colectar piangua de 5 centímetros en adelante, no dejar basuras en el manglar, no talar el mangle, no pianguar en las quiebras, no usar petróleo o ACPM como repelente, hacer control y vigilancia de los manglares para que no los talen y hacer repoblación de manglares. Todas esas acciones permiten que las familias cada día vayan empoderándose, vayan sintiendo esa necesidad de cuidar por su propia voluntad sus recursos, volver a establecer la relación y el vínculo entre personas y recursos de tal forma que comencemos a verlo también de una manera más amigable.
Con la implementación de esta estrategia, hemos logrado que la piangua se recupere, que las señoras hoy vayan al manglar y recolecten la piangua que necesitan en un menor tiempo, ya no tienen que tardarse tanto tiempo y están sacando una piangua sana, grande, que reúne los requisitos para ser recolectada. Además, hemos logrado con la implementación de esta estrategia que los niños y niñas aprendan a amar su entorno, amar el ambiente, amar sus recursos, los recursos que les permiten a sus padres llevar el sustento al hogar, han aprendido a enseñarle a los demás la importancia de cuidar y proteger y de hacer uso responsable de los recursos que tenemos a nuestro alrededor.
Con este acuerdo de conservación de piangua y manglar, hemos logrado también sumar esfuerzos, atraer y llamar la atención de muchas instituciones como la Corporación Autónoma Regional del Valle CVC, Conservación Internacional que ha sido nuestro gran aliado y pionero en apoyarnos, animarnos y motivarnos a seguir adelante con esta gran labor de protección y de uso responsable de los recursos. Además, el mismo Consejo Comunitario que ha estado a la vanguardia durante muchos años interesado en cuidar y proteger sus recursos.
Fuvipia es una organización que lidera este tema de conservación en el territorio con la firme convicción de que todas las mujeres, hombres y niños deben estar empoderados y comprometidos con hacer uso responsable de sus recursos y concientizarse de que en la medida en que no lo dañen, que ayuden a protegerlo y a preservarlo, van a tener garantizada una calidad de vida futura muy buena.
Este acuerdo lo vamos a implementar durante toda la vida, porque esto no es algo de momento, es algo que perdura en el tiempo. Las acciones que estamos implementando hoy deben ser permanentes, hay que hacer lo que hacían nuestros antepasados, quienes no sacaban la piangua chica, no cortaban el mangle sin tener necesidad, ellos sabían que ese era el hábitat de la piangua y no lo cortaban.
Hoy los niños desde la escuela y los padres de familia, estamos convencidos de que esta estrategia no es algo que se implementó por un año y terminó, esto es algo que lo seguiremos haciendo siempre, porque lo necesitamos para mantener nuestro recurso en el tiempo. Esta estrategia va a ser implementada siempre. La tarea es seguir trabajando juntos, unidos con nuestros vecinos y aliados para sacar a nuestras comunidades adelante.
Por eso mismo necesitamos de la ayuda y alianza de todas las organizaciones que se quieran sumar a esta gran labor que desarrollamos desde la comunidad de Mangaña en la que no solo se benefician nuestras familias sino el planeta por todo el beneficio que recibe de los manglares.
No ha sido fácil implementar esta estrategia pues se trata de cambiar modos de vida, conductas, modos de pensar y eso no es fácil porque se trata de seres humanos, pero tampoco ha sido imposible. Hemos trabajado en concientizar a las personas de qué es lo mejor, qué es lo que les conviene, que no se necesita que nos den un beneficio o un reconocimiento por eso que hacemos, sino que nosotros mismos estemos convencidos de que necesitamos hacerlo, que necesitamos proteger nuestra fuente de ingreso.
Solo nos queda encontrar la forma de reconocer la labor de la mujer pianguera como se debe, cómo se pueda dar valor y recompensarla con un precio justo a su labor. Aún falta establecer unos buenos planes de negocio donde se obtenga un valor justo tanto para la pianguera como para el consumidor final. Que al que le llegue una piangua con la talla reglamentaria a su mesa se sienta agradado de pagar lo que realmente cuesta comerse un plato con un producto fresco, sano y que se acoge a las normas de la conservación y protección de los recursos.
En la comunidad nos reímos al recordar una anécdota. Cuando estábamos en el proceso de diseño de las parcelas para hacer evaluación de la piangua, todos nos pusimos a sacar la piangua que había en la parcela menos yo, ¡en 30 minutos no saqué ni siquiera un piacuil!