Artículo publicado originalmente en el mes de abril de la Agenda del Mar 2018
¿Qué puede ser lo más difícil para el cocinero de un barco? ¡Mantener el equilibrio! Imagínese lo difícil que puede ser cocinar si le están moviendo el piso de la cocina constantemente de lado a lado. Hay que mantener la postura para picar los alimentos y mezclar los ingredientes en las marmitas. Esto no siempre es fácil y en ocasiones se riegan o salen rodando por los mesones, comenta José Luis Charris, jefe de cocina del buque escuela ARC Gloria.
¿Y qué es lo más agradable de su trabajo? Los buenos comentarios que reciben de los tripulantes. Los platos preferidos son los típicos porque les recuerdan su tierra natal: bandeja paisa, ajiaco, sancocho de costilla de res, pescado frito con patacón y mote de queso, entre otros. Y si hablamos de ingredientes, el preferido es el arroz en sus múltiples combinaciones.
El sabor y la sazón cuentan, pero lo más importante es la dieta balanceada, recalca el cocinero: carnes rojas y blancas que aportan proteínas; cereales y granos ricos en carbohidratos y fibra; y frutas y verduras que son fuente de vitaminas y minerales. Y, claro, evitar el exceso de harinas y productos procesados. Esa es la fórmula para mantener la buena salud de los marineros.
La vida marinera representa la esencia de lo que es un marino: compartir con una tripulación que todos los días enfrenta retos, vivencias, aventuras y pone lo mejor de sí en beneficio de su Patria; conocer culturas diferentes, llevar nuestra bandera y al final regresar a puerto con la satisfacción del deber cumplido. Suboficial Tercero José Luis Charris, jefe de cocina del buque escuela ARC Gloria.