Uno de los propósitos de año nuevo, que muchas veces no cumplimos, es el de aprender a bucear, si nunca lo hemos hecho, o bucear más, si ya hemos tenido esta experiencia. Es el momento de programarlo, de ubicarlo en la lista de prioridades y de vivirlo.
Quienes nunca han buceado preguntan con frecuencia cuál es la fascinación que le encuentran tantas personas a esta actividad. “Muchas”, responde sin titubeos Jorge Herrera, instructor PADI quien, además vive actualmente en las Islas del Rosario y trabaja con, uno de los lugares preferidos por los buzos. “Bucear nos permite vivir la experiencia de estar en un medio ingrávido, donde no pesamos, donde nos podemos desplazar en tres dimensiones, sin restricciones; una oportunidad de reconectar mente-cuerpo; es la manera de derrumbar mitos acerca de los animales marinos, empezar a conocerlos y a quererlos; es otra manera de disfrutar tus vacaciones, es la oportunidad de conocer personas, muy diferentes a nosotros, pero con un objetivo común, el buceo”, explica.
Para quienes nunca han buceado, el primer curso representa abrir una ventana a lo desconocido y en muchas ocasiones resulta ser una experiencia que le cambia la vida a las personas. Por eso es importante hacerlo con buzos capacitados y por medio de escuelas con amplia experiencia.
“Del buceo lo que más me gustó fue que encontré paz, tranquilidad, conexión con uno mismo, fue descubrir el momento en el que yo puedo encontrar esa meditación en el fondo del océano”, dice Daniela Londoño, presentadora de Telemedellín quien se certificó en San Andrés en agosto de 2021 y empezó el 2022 con un viaje a Cancún para conocer la experiencia de bucear en los cenotes.
Bucear más y mejor
Pasar de un nivel básico a cursos más avanzados resulta emocionante. “Destrezas como el buen control de la flotabilidad no solo redunda en un menor esfuerzo y, por lo tanto, en un menor consumo de aire, sino que también nos ayuda a realizar el menor impacto posible al entorno donde estemos realizando la actividad”, dice el instructor Jorge Herrera.
José Soto, CEO de Divinglife.co, agrega que “el buceo es la manera perfecta de meditar, pues estás conectado con la naturaleza y la respiración al mismo tiempo, mientras flotas en un ambiente lleno de paz”.
Y con respecto al compromiso con la conservación, explica que “como buzos tenemos la responsabilidad y la fortuna de poder cuidar del mar, entendiéndolo, conservandolo y enamorando a otros. Ser un buzo consciente no se practica solo cuando estás en el agua, se practica 24/7”.
Según Jorge Herrera hay, además, otras formas de ayudar a cuidar nuestros océanos: “acciones pasivas como no recolectar ni comprar como souvenir criaturas que provengan originalmente del mar (vivas o muertas), no tirar basura en ningún lugar, ni lejos o cerca del mar y mucho menos, directamente, al mar”.
Para este 2022, bucear debe estar en la agenda. ¿Cuándo?, ¿Dónde? Hay muchas opciones, es momento de revisar fechas y destinos, definir con qué centro de buceo hacerlo y empezar a programar el próximo buceo, siempre será una experiencia maravillosa.
