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Apnea: la pasión de aguantar la respiración

Hoy en día, la apnea tiene más oxígeno para crecer como deporte y en Colombia hay cada vez más espacios para practicarlo. Te recomendamos este artículo de la Guía de Deportes Náuticos de la Agenda del Mar.

La película Azul profundo (Le grand bleu, 1988), que narra las hazañas subacuáticas de Jacques Mayol y su eterno amigo y rival Enzo Maiorca, es una de las referencias más conocidas del deporte de la apnea. Fue precisamente Mayol quien, desde la década de los sesenta, introdujo los beneficios del yoga y la relajación en el propósito de aguantar por más tiempo la respiración bajo el agua. Fue, por tanto, uno de los pioneros de lo que hoy en día se conoce sobre esta actividad, la cual ha venido evolucionando desde entonces.

Antes de Mayol, los apneístas hiperventilaban o hacían lo que creían era correcto, no había reglamentos ni estudios sobre los efectos y los riesgos de la apnea. Los médicos aseguraban que el cuerpo humano no debía sumergirse a más de 50 metros porque la caja torácica podría colapsar por la presión. Sin embargo, Maiorca y Mayol comprobaron que el cuerpo sí podía soportar tales condiciones, al sobrepasar incluso los 100 metros de profundidad. El récord actual “sin límites” –la categoría más extrema-está en 214 metros, conseguidos por el austriaco Herbert Nitsch en 2007.

“Hoy ha cambiado mucho el panorama porque se sabe mucho más de este deporte, el campo de la medicina se ha interesado mucho más y por eso es que cada vez más se baten récords más profundos. En ocasiones, los apneístas van un paso adelante de la ciencia”, comenta Walid Boudhiaf, un apneísta de origen tunecino que promueve este deporte en Colombia.

La apnea, más a fondo

La apnea, también conocida como buceo a pulmón libre, es la suspensión voluntaria de la respiración dentro del agua y, el deporte como tal, lo que busca es alcanzar la mayor profundidad posible. La Asociación Internacional para el Desarrollo de la Apnea (AIDA), establecida en 1992, es la entidad que administra y supervisa el reconocimiento de premios, organiza competencias y establece los estándares para la educación de buceo en apnea.

AIDA reconoce las siguientes categorías como disciplinas oficiales para las competencias y récords. Unas son en piscina y otras a mar abierto.

En piscina:

  1. Apnea estática: el apneísta permanece inmóvil bajo el agua y se mide su tiempo. El récord está en más de 10 minutos.
  2. Apnea dinámica: el apneísta recorre el máximo de distancia en horizontal.  

A mar abierto:

  1. Peso constante sin aletas: el apneísta debe subir y bajar sin cambios en el peso y solo usa sus extremidades para propulsarse. No puede tocar la cuerda guía. El récord está en 100 metros.
  2. Peso constante con aletas: similar al anterior, pero el apneísta usa aletas o monoaleta para propulsarse. Tampoco puede tocar la cuerda guía. El récord está en 126 metros.
  3. Peso variable con o sin aletas: el apneísta puede bajar con la ayuda de un lastre y debe volver con su propio peso.
  4. Inmersión libre: el apneísta tiene que bajar y subir con su propio peso, sin ayuda de lastre o aletas. Se le permite ascender tocando la cuerda guía. El récord está en 121 metros.

La categoría “sin límites” actualmente no está reconocida por AIDA. Es la más extrema, ya que busca la profundidad máxima por medio del descenso con trineo fuertemente lastrado y una vez lograda la profundidad elegida se inicia el ascenso con la ayuda de un globo de aire que se infla en el fondo o con chalecos de aire.

Al alcance de todos

Desde tiempos muy antiguos el hombre ha aguantado la respiración bajo el agua para ir en busca de alimentos, corales y esponjas. Hoy en día, el mismo reto corporal se disfruta como un deporte que cualquier persona está en capacidad de practicar. La única condición es saber nadar y no tener alguna contraindicación médica, señala Walid.

Muchas mujeres han probado ser excelentes apneístas. Es el caso de Marlenedy Ospina, quien hace años participó en competencias internacionales y se ha desempeñado como juez internacional. Ella está vinculada a la Liga de Natación de Antioquia, donde se dictan cursos especializados y existe un grupo de 35 apasionados por la apnea que entrena con regularidad.

La edad tampoco es impedimento. La actual campeona femenina de todas las disciplinas, la rusa Natalia Molchanova, tiene más de 50 años. Es un deporte lleno de mitos pero realmente lo más difícil, anota el experto, es resistir la presión del agua, especialmente más allá de los 30 metros, lo cual se consigue con un adecuado entrenamiento en técnicas de respiración y relajación. Así es como muchos apneístas consiguen llegar hasta los 100 metros, solo con esfuerzo corporal, sin ayuda extra.

“En los primeros 30 metros de descenso la persona flota mucho, pero después cae como una piedra. La subida es muy dura debido al peso de la columna de agua, y la mayor dificultad cuando se está llegando a la superficie es que se ha consumido casi todo el oxígeno”, explica este apneísta cuya marca personal, hasta octubre de 2013, estaba en 96 metros (en peso constante con aletas).

Colombia tiene potencial

Aunque la apnea es más común en otras regiones del mundo, especialmente en el Mediterráneo donde se desarrolló como deporte, contamos en nuestro país con condiciones óptimas para su práctica.

Las piscinas del Complejo Acuático Atanasio Girardot, en Medellín, están entre las mejores de Latinoamérica; contamos además con aguas interiores como las de la represa de Guatapé, aptas para inmersiones de hasta 20 metros, y ni qué decir de destinos en el Caribe como San Andrés, cuyas aguas cristalinas y de pocas corrientes se ubican entre las mejores para la práctica del buceo profundo.

En todos esos lugares viene dictando Walid sus cursos de apnea, desde 2013 y a través de la empresa Innersea, con la ventaja de que sus alumnos pueden obtener la certificación AIDA puesto que él es el único instructor en Colombia acreditado por ese organismo.

A mediano plazo, su propósito -y el de muchos otros que promueven esta actividad-  es que en Colombia se puedan retomar las competencias de AIDA que se venían realizando hasta hace una década. Hoy en día, los competidores deben viajar hasta Bahamas o Europa, lo que resulta muy costoso.

En América se ha venido fortaleciendo últimamente a Roatán, Honduras, como lugar de encuentro y competencias para los apneístas del continente. La isla de Bonaire también ofrece espacios para el aprendizaje y la competencia. Allí, en el Hotel Eden Beach, se han venido realizando diferentes actividades, como cursos y competencias, bajo la dirección de dos conocidos apneístas: el venezolano Carlos Coste y la brasileña Karol Meyer. 

A Colombia este deporte llegó hace más de tres décadas. En 1993, AGENDA DEL MAR y la Asociación Nacional de Instructores de Buceo (Anib) organizaron en la isla de San Andrés el primer festival que permitió el contacto entre practicantes de distintas regiones del país.

Para lograr que la apnea vuelva a respirar hondo en Colombia, hace falta no solo organización y logística, sino también el patrocinio de las empresas. Esto permitiría fortalecer la formación de la apnea, para alejarla del empirismo y que no siga siendo solo una materia o complemento de los cursos de buceo, y sentaría las bases para conformar un equipo sólido que pueda competir en los torneos internacionales y traerle grandes triunfos a Colombia.

Fotos: Igor Liberti y Lia Barret

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