Cuando el 7 de agosto se haga el relevo presidencial, Iván Duque espera poder haber llegado a la meta de tener el 30% del territorio colombiano declarado como área protegida.
Sin duda es un objetivo ambicioso pues el compromiso universal es llegar a ese porcentaje en el año 2030. Colombia se anticiparía 8 años en el cumplimiento de este propósito. En los últimos 4 años se han registrado y declarado 433 áreas protegidas en el país, lo que equivale al 30% del total del sistema.
Pero no solo se trata de emitir declaratorias sino de asegurar la inversión y la estructura operativa que permita a estos ecosistemas la pervivencia en el tiempo. En ese sentido, a finales de junio, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible presentó el programa Herencia Colombia, que garantiza financiación de 245 millones de dólares, con recursos públicos y de cooperación internacional, para la conservación de las áreas protegidas.
“Como Gobierno nos hemos comprometido a actuar rápido, reducir los tiempos de respuesta frente a la crisis de cambio climático y pérdida de biodiversidad, y proteger y conservar el 30 % de nuestro territorio marino y terrestre a 2022, para dejar esta ‘herencia’ desde ya y no en el futuro; para eso, hemos reactivado Herencia Colombia, el Programa de Financiamiento para la Permanencia, con el objetivo de contribuir al aseguramiento de la conservación y financiación a largo plazo”, explicó el ministro Carlos Eduardo Correa.
Para los próximos 10 años se espera priorizar cinco mosaicos o zonas de intervención: Amazonía, Andes, Transición Orinoquía, Caribe y Pacífico Marino Costero; además, se contemplan intervenciones en nueve áreas protegidas fuera de los corredores de conectividad que hacen parte de estos mosaicos, según precisó el Ministerio.
Carter Roberts, presidente y CEO de WWF Estados Unidos, señaló que las crisis del cambio climático y la pérdida de biodiversidad son los dos grandes desafíos de nuestro tiempo: “Sabemos que la conservación de la naturaleza puede ayudar a ambos problemas. Este acuerdo es importante porque ayudará a financiar la protección a largo plazo de más de 32 millones de hectáreas de los lugares más preciados de Colombia. Pero también es importante porque traza un camino a seguir para que otras naciones financien la protección de sus propios entornos terrestres y marinos”, explicó.
El programa Herencia Colombia es liderado por los socios fundadores WWF, Conservación Internacional, Gordon and Betty Moore Foundation, WCS, Fondo Patrimonio Natural; por los cooperantes Amazon Fund y TNC.
Otros de los donantes del programa son la Unión Europea, FAO, GCF, KFW, GEF Corazón Amazonía, y tiene el respaldo de aliados muy importantes del Sistema Nacional Ambiental (SINA), como los institutos Humboldt, Invemar, AvH, SINCHI, las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) y de Desarrollo Sostenible, entre otras entidades, indispensables para la implementación del programa.
La coordinación está a cargo del ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la Dirección de Parques Nacionales.
Áreas marinas protegidas
Los océanos, que producen el 70% del oxígeno que respiramos, son fundamentales en el plan de alcanzar la meta 30-30. El Director General del Invemar, Francisco Armando Arias, destaca la tarea que viene haciendo Colombia en este sentido desde hace décadas. “Hoy tenemos cerca del 15% de áreas protegidas en nuestros mares, una cifra muy importante porque hace unos 22 ó 25 años la cobertura era de solo del 1.5%. Esto está enmarcado en el gran proyecto de la creación de un subsistema temático que es el Subsistema de Áreas Marinas Protegidas (SAMP)”.
En esta última etapa el país se ha concentrado en la declaratoria nuevas áreas marinas y en la ampliación de algunas de las existentes. “La estrategia ha sido enfocarnos en las áreas oceánicas y en particular en montes y colinas submarinas, como la Cordillera Beata en el Caribe, cerca de República Dominicana y Haití; y la Cuenca Pacífico Norte en la frontera con Panamá. Adicionalmente, la ampliación de tres que ya están declaradas: Santuario de Flora y Fauna de Malpelo, Distrito Nacional de Manejo Integrado Yuruparí-Malpelo y el Santuario Fauna Acandí, Playón, Playona; lo cual se traduce en más de 15 millones de hectáreas que contribuirán a la conservación y manejo sostenible de la riqueza natural de los océanos”, explica el director del Invemar.
