Por: Elvira M. Alvarado Ch., bióloga marina y doctora en Ciencias-Biología
Como todos los años desde 2003, con previos en 1997 y 1998, salimos* al mar el día 6 después de luna llena en el mes de septiembre (21) para ver el espectáculo de vida que nos dan los corales.
En la tarde, a las 5:30, unos corales cerebro nos muestran sus productos sexuales, listos para salir a la superficie, como lo muestra este video:
Los peces mariposa sobre ellos nos avisan que están listos. Es como si «olieran su comida». Horas más tarde, a las 9:20 de la noche, nos sumergimos más de 20 personas, buzos con ganas de ver la liberación de huevos y esperma de esos animales que parecen piedras.
El objetivo, además de ver, es colectar esos gametos para hacer fertilización en el laboratorio. Es una oportunidad para asistir a los arrecifes con «crías» pues aumentamos el éxito reproductivo. Ese espectáculo, entonces, gana aún más valor.
Estamos ayudando a un ecosistema cuyo porcentaje de daño tanto en el mundo, como en Colombia es alto. Meterse al agua de noche en grupos de tres o cuatro, esperar que cada pólipo expulse de manera sincrónica las bolsas con gametos y luego salir con esa sonrisa que muestra felicidad al recordar lo que se vio y sintió, entregar los tubos con el material sexual de color rosado y luego ver la maravilla de la vida una vez se han fertilizado los huevos… ¡es indescriptible!
Ver que del huevo fertilizado sale un embrión y luego una larva plánula que se asienta en un sustrato con algas y luego verlos crecer, ¡no hay dicha más grande! Esto sucede todos los años. Cada vez somos más porque jóvenes y adultos, buzos todos, prometemos vernos al siguiente año.
Ahora ya no es solo septiembre. Otras especies son en mayo y junio, otras en agosto y la mayoría en septiembre. Hay más motivación. El grupo crece, el interés en los corales aumenta y el gusto por ver la vida brotar en unos pocos segundos nos llama cada vez por más tiempo.
El próximo año nos veremos en mayo y en junio para el cerebro laberinto (Diploria labyrinthiformis), en agosto para el cuerno de venado (Acropora cervicornis) y en septiembre, las pagodas (Orbicella faveolata), las columnas (Orbicella annularis), otros cerebros (Pseudodiploria strigosa, Colpohyllia natans) y muchos más.
¡Mucho por ver, mucho por hacer!
*De este proyecto hacen parte varias entidades: PNN Corales del Rosario y de San Bernardo, Ceiner, Diving Planet, Universidad del Magdalena y la Universidad Jorge Tadeo Lozano.