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Tres lugares a dónde ir con tu cámara de fotografía

Hacer un tipo de turismo que permita reconectarse con la naturaleza es una tendencia que viene creciendo y que se potenció con la pandemia. Les recomendamos tres lugares que le garantizan una experiencia inolvidable.

Hacer un tipo de turismo que permita reconectarse con la naturaleza es una tendencia que viene creciendo desde hace años y que se potenció con la pandemia. Les recomendamos tres lugares que le garantizan una experiencia inolvidable… y a los que hay que llevar, sin duda, la cámara fotográfica.

 

El Nido del Cóndor Ecolodge

 

El sitio tiene magia. Para maravillarse, basta ver el paisaje de 360 grados y los alojamientos enclavados entre dos ríos que nacen en medio del Parque los Nevados (Ruiz y Santa Isabel).

En este lugar se tienen inventariadas 210 especies de aves, entre ellas, más de 12 rapaces. Y por supuesto, las estrellas del ecolodge que dan origen al nombre: una pareja de cóndores que desde hace años habitan una de las paredes de la meseta y son vigías habituales del hotel. A esto se le suman varias familias de zorros, armadillos, ardillas endemicas y otros animales que recorren los jardines, huertas y cultivos.

El Nido del Cóndor Ecolodge está situado a 2.200 metros sobre el nivel mar y la temperatura fluctúa entre los 22ºC grados en el día y los 12ºC en las noches. Son famosos sus amaneceres, que iluminan el Nevado del Ruíz y sus atardeceres cuando el sol se esconde sobre el horizonte contra el cerro Tatama.

Sus creadores lo definen como “un proyecto de familia” que nació cuando decidieron combinar su profesión de arquitectos con una filosofía de vida enfocada en la conservación, restauración, sostenibilidad de la fauna y la flora de la región.

Un dato: El acceso al hotel se hace por medio de un cable aéreo a bordo de una canastilla que permite admirar la exuberancia del entorno o caminando en un trayecto entre 45 a 60 minutos, por un sendero de 2.7 km.

 

Ubicación y características: Este ecolodge se encuentra ubicado en el municipio de Villamaría (Caldas), a 23 kilómetros de Manizales y a una hora y cuarto del aeropuerto La Nubia. Cuenta con 5 carpas tipo glamping de un área de 81 metros cuadrados cada una, que incluyen una cama King, una sala independiente con sofá, baño privado con agua caliente y dos terrazas, una sobre el cañón de los cóndores y otra sobre el jardín de los colibríes. Además del avistamiento de aves y cóndores, a los visitantes se les ofrece la posibilidad de recorrer los senderos en bicicleta de doble suspensión. La tarifa estándar es de $ 1’100.000 la noche en ocupación para 2 personas, que incluye desayuno, almuerzo, cena, bienvenida y botella de vino.
En instagram síguelos como @El_nido_del_condor

 

Unique Hotels by El Color de Mis Rêves

“Siempre habíamos querido vivir alejados de la ciudad, dentro del bosque, cerca al rio y con cientos de árboles como vecinos. Rodeados de diferentes tonalidades de verde, con una diversidad de sonidos naturales, cientos de aves y bajo las estrellas y la luna como única luz en la noche”. Así narran sus creadores el origen de este proyecto que comenzó como un glamping y ya se convirtió en un grupo de alojamientos con tres sedes.

 

La primera nació en 2007, hoy se conoce como Bosque de Niebla, en el municipio de Villamaría, a una hora de Manizales, en una reserva forestal de más de 6 mil hectáreas a 2.850 metros sobre el nivel del mar. Allí es común observar una gran variedad de tucanes, grallarias, tangaras, búhos y muchas especies más.

Luego se sumaron otras dos sedes. Una es El Color de Mis Rêves Recinto del pensamiento, a solo 11 kilómetros de Manizales. Dentro del parque se ofrece un recorrido en telesillas, se puede hacer avistamiento de aves, visitar la Casa de los colibríes, un jardín zen con bonsais de más de 50 años, un mariposario y un bosque de orquídeas.

La otra sede se llama El Color de mis Rêves Palma de Cera, en el Mirador Valle de la Samaria, ubicado en San Félix, a 3 horas de Manizales. En este lugar los visitantes pueden sembrar palmas de cera, hacer el recorrido por el bosque, ver loros, tucanes y tangaras; hacer cabalgatas y ver diferentes animales de la granja.

  

Un dato: La palabra Rêves significa sueños, traducido del francés. Ese nombre tiene para sus creadores una connotación surreal inspirada en la obra de Joan Miró Ceci est la couleur de mes rêves: “Este es el color de mis sueños”.

Ubicación y características: Las tres sedes están ubicadas en el departamento de Caldas. Las tarifas van desde $ 365.000 hasta $ 500.000 por noche para dos personas.

En instagram síguelos como @elcolordemisreves

 

Manantiales del Campo

Ante todo, es una reserva natural de 480 hectáreas, producto de la integración de varios lotes rurales que un empresario de la región unió en 2014 con el sueño de darle vida a un hotel en medio de la naturaleza.

 

Sus mayores atractivos son las cerca de 250 especies de aves que se han podido documentar y sus 4 cascadas: la Esmeralda, el Mirador de Catalejo y las Gemelas.

Los visitantes, además, pueden disfrutar de 14 suites construidas y adaptadas de forma amigable con el ecosistema, spa, turco, jacuzzi y piscinas climatizadas, salón de juegos, pesca deportiva y una amplia oferta gastronómica basada en preparaciones típicas de la región.

 

Un dato: La especie más atractiva para quienes disfrutan de ver o fotografías aves es el Mielerito Verde. También es posible avistar 13 especies de colibríes, la tangara Icterocephana, el torito cabecirrojo y el toche pico de plata, entre otros.

 

Ubicación y características: Manantiales del Campo se encuentra a dos horas y media de Medellín y a solo media hora de Guatapé en la vía hacia San Rafael. Las tarifas varían entre $ 590.000 y $ 1’180.000 por noche para 2 personas.

En Instagram síguelos como @manantialesdelcampo

“Manantiales del campo es un lugar sin igual, sobre todo para los fotógrafos de naturaleza, en mi caso me encanta la microfauna y durante la estadía fue increíble encontrar en la ramas al frente de la recepción ranitas de cristal, que son las que aparecen en las monedas de 500 pesos. Definitivamente un lugar súper recomendable no sólo para la fotografía si no para la aventura y el descanso”. Mauricio Ballesteros, fotógrafo nacido en Garagoa, Boyacá.

 

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