La industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo después de la del petróleo. Las fibras de poliéster que tardan más de 200 años en descomponerse, el 24% de todos los insecticidas y el 11% de todos los pesticidas que se usan para los cultivos de algodón, o los más de 2.700 litros de agua que se requieren para elaborar una camiseta son algunas de las cifras que evidencian el impacto de la ropa que usamos.
Ante esta preocupante realidad, desconocida por la mayoría de los consumidores, surgen emprendimientos que le apuestan a prácticas más amigables con el planeta.
Es el caso de Fokus Green, que se considera la primera marca de moda sostenible de Colombia. Según Camilo Jaramillo, nos enfocamos en moda sostenible y en moda ética para resolver dos grandes problemas de la industria: la contaminación y la desigualdad humana.
Moda sostenible, según explica, porque utilizan solamente materia prima reciclable. Sus insumos principales son el algodón reciclado proveniente de desperdicios de la industria (donde se desecha un 20% de la tela y solo se recicla entre el 1 y 2%) al igual que botellas plásticas que se convierten en poliéster. Esto permite nos elaborar prendas libres de químicos, pesticidas, pinturas y estamos ahorrando 2.500 litros de agua por cada camiseta.
Y es moda ética, agrega, porque toda la producción es elaborada en Colombia con las mejores condiciones de seguridad, salud, salario justo y transparencia con el consumidor, aspectos que el comprador de una prenda barata confeccionada en Bangladesh, por ejemplo, quizá no entiende.
Comprometidos con limpiezas de playas
Una camiseta de Fokus Green es elaborada en promedio con 5 botellas PET.
Desde el 2016 cuando nació la empresa, esta ha trabajado para generar un cambio positivo en la sociedad. Es así como ha liderado diversas actividades ambientales como limpiezas de playas (en Buenaventura, Cartagena y más recientemente en Santa Marta, como aliado de Earth Warriors), además de reforestaciones y liberaciones de fauna silvestre en vía de extinción.
Ha sido una labor muy difícil porque toca crear cultura en torno a la sostenibilidad, no solamente con el consumidor final sino con la industria, el gobierno y los medios. En realidad ha sido un trabajo muy gratificante porque hemos logrado posicionar el concepto y que marcas grandes se unan al movimiento, concluye Jaramillo.
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