María Claudia Diazgranados Cadelo, Directora Senior del programa de carbono azul en Conservación internacional.
En los últimos cinco años se ha visto un esfuerzo colectivo por reducir las amenazas sobre los manglares, aumentar su cobertura y mejorar el manejo de las áreas protegidas en las que se encuentran estos “super ecosistemas”. El reciente reporte del estado de los manglares en el mundo (2024) desarrollado por la Alianza Global de Manglares (GMA), resalta algunos de ellos haciendo especial énfasis en la ciencia aplicada, en los beneficios para las comunidades usuarias y en la conectividad no solo ambiental sino también social y cultural.
A pesar del avance en conocimientos científicos del bosque de manglar y especialmente en buenas prácticas de restauración a nivel global, es poco lo que se muestra sobre la interconexión entre todos los ecosistemas que se encuentran en las costas y que cumplen un papel fundamental para el equilibrio natural.
Ese complejo mosaico conformado por los manglares, las praderas de pastos marinos, las llanuras intermareales, los arrecifes rocosos y coralinos, permite que se generen hábitats específicos para el desarrollo de peces, moluscos, crustáceos, así como también de aves, anfibios y pequeños mamíferos. Todos ellos encuentran aquí un espacio idóneo para su reproducción, su alimentación y su guarida.
- Muchos esfuerzos de restauración de manglares se han llevado a cabo erróneamente en algunos de estos ecosistemas adyacentes, sobre todo en llanuras mareales y sistemas de praderas marinas poco profundas, donde las inundaciones provocadas por las mareas impiden el establecimiento natural de los manglares. Tales esfuerzos suelen ser infructuosos, con bajas tasas de supervivencia de las plántulas, y también pueden dañar estos valiosos ecosistemas adyacentes.
- Las actividades de conservación y restauración de los manglares deben garantizar que los ecosistemas adyacentes a los manglares se incorporen a los proyectos.
- Para ello habrá que pensar de forma más holística en la conservación de múltiples ecosistemas y su conectividad a través del paisaje marino.
- Los manglares actúan como corredores biológicos, facilitando el movimiento de organismos entre diferentes hábitats marinos. Esto es particularmente importante en regiones donde las barreras físicas o químicas podrían impedir la dispersión de larvas y juveniles, asegurando así la continuidad genética y la diversidad biológica.
- Los manglares son pilares de la conectividad marina, contribuyendo a la biodiversidad, estabilidad y salud de los ecosistemas marinos y costeros, al tiempo que ofrecen beneficios esenciales para la humanidad. Su protección y gestión sostenible son imprescindibles para asegurar un futuro ecológico y económico viable.