La fabricación de productos para la limpieza del hogar, la higiene personal y la limpieza de las industrias, son elaborados con tenso activos, nitrógeno, fosforo y amoniaco que son compuestos altamente contaminantes porque se añaden para contrarrestar la dureza del agua y maximizar la eficacia de la limpieza, pero cuando llegan a los lagos, ríos y mares contribuyen a la proliferación de algas que matan los peces al privarles del oxígeno en el agua.
Estos compuestos químicos no son biodegradables y generan efectos tóxicos provocando formación de espuma que limita el flujo de oxígeno y los procesos de degradación, así como el deterioro de la calidad paisajista de los cuerpos de agua.
Lo que diferencia de un producto biodegradable de los que no lo son, es el tiempo que tarda en desintegrarse. La biodegradabilidad de los materiales se produce por la acción de organismos vivos, que permiten que estas sustancias se reintegren a la naturaleza, evitando la contaminación ambiental.
El gran problema de que los detergentes convencionales contengan estos productos químicos es que cuando realizamos una operación de limpieza, se queda un residuo que, más adelante, puede ser absorbido por nuestra cuerpo en el momento de ponernos una prenda o de utilizar un recipiente de alimentos lo cual puede causarnos algunos problemas de salud.
Que nos afecte a nuestra salud es algo muy grave, pero si además afecta directamente a la naturaleza, es todavía peor.
En la Agenda del Mar usamos productos de Spangel: www.spangelbiodegradables.com