La de mora protege al oso perezoso, la de cola roja cuida al cacique candela, la de mango biche está con la iguana y así sucesivamente cada uno de los 11 sabores de las nuevas bebidas Fizzy apadrina una especie distinta de fauna amenazada.
La foto de cada animal resalta en la botella, que además trae en la etiqueta su nombre científico, un breve texto sobre la amenaza que enfrenta y una sugerencia al consumidor para que reúse la botella de forma creativa y evite así que se convierta en un desecho contaminante. En mesa, florero, cebadero y hasta estuche para cargar el celular se pueden convertir estas botellas plásticas.
Es un producto novedoso, con sello paisa y conciencia ecológica que quiere abrirse paso en el competido mercado de las bebidas gaseosas. El impulsor de esta idea es el médico cirujano y empresario Óscar Tirado, quien con su empresa Fizzy Gruop S.A. se propone proteger la vida de los animales silvestres en vía de extinción y su hábitat natural.
Para lograr su objetivo, Fizzy trabaja en alianza con la Fundación Para la Protección Animal, creada por Óscar hace tres años, que reinvierte parte de las utilidades en proyectos de reforestación, rehabilitación y cuidado de animales con estatus crítico de conservación.
“A mí me ha interesado siempre la fauna silvestre y me preocupa ver cómo talan árboles sin importar si le están quitando el nido a un pájaro o el alimento a una zarigüeya, entonces dije ‘voy a generar ganancias y recursos para la Fundación por medio de la venta de las gaseosas”, explica Tirado.
La Fundación también apoya al albergue de mascotas Amigo fiel, ubicado en la Loma del Escobero, en Envigado, que atiende a 170 perros, varios gatos y una mula en edad avanzada. Por otro lado, en su casa tiene 250 árboles plantados y en el corregimiento de Santa Elena, cerca del Parque Arví, protege un lote de bosque de 27 mil metros cuadrados.
En Cartagena ha impulsado campañas educativas en diferentes colegios para la protección de las iguanas, a Corpoamazonía la ha apoyado en la rehabilitación de manatíes y con el visto bueno del Área Metropolitana se tiene prevista la instalación de nidos artificiales en los árboles para las guacamayas que se reproducen en el Valle de Aburrá. Esto, debido a que cada vez quedan menos árboles viejos en la ciudad, que son los preferidos de estas aves para su anidación.
El compromiso ambiental de Fizzy va más allá de la protección a los animales. Las etiquetas son biodegradables en seis meses y las tapas son recolectadas en los puntos de venta para luego ser donadas a la Fundación Sanar y así contribuir con el tratamiento integral de los niños con cáncer. Los envases también son recolectados para ser finalmente transformados por empresas aliadas en camisetas o vajillas para personas de bajos recursos.
Las bebidas se están comercializando inicialmente a domicilio, en algunos colegios privados y puntos de venta en Medellín. Cuenta con el registro Invima, son bajas en calorías, enriquecidas con vitaminas y está en trámites para llegar muy pronto a las grandes superficies. “Sé que empezar es muy duro, pero ahí vamos. Es un sueño que tiene que hacerse realidad”.
Para más información sobre esta iniciativa visite www.bebidasfizzy.com