A Memo Gómez muchos lo conocieron como gerente de un hotel “ecolodge” en Nuquí. Viajaba a eventos, participaba en ferias, dictaba conferencias y terminó por convertirse en un referente del turismo del Chocó. Antes había sido gerente de mercadeo de uno de los grupos económicos más importantes del país.
Fotos: Memo Gómez
En su vida todo parecía marchar muy bien, pero al llegar a los 42 años sintió que le faltaba algo. “A pesar del éxito que había alcanzado, empecé a sentir una especie de intranquilidad, no me sentía motivado, me mantenía de mal genio”, recuerda.
“Tuve la fortuna de poder hacer una reflexión de todo lo que estaba viviendo y esa reflexión concluyó que desde pequeño soy un comunicador y un apasionado por la naturaleza, junté esas dos cosas y encontré lo que los japoneses definen como un ikigai. Así que decidí construir un propósito, hoy siento que la fotografía es el resumen de mi razón de ser”.
Memo fue hilando recuerdos para entender su pasión y volvió a la niñez, cuando todos los viajes de su familia eran a la naturaleza. Se convirtió en instructor de buceo muy joven y llegó luego al surfing, hasta que un accidente lo alejó de esa práctica.
Su papá era un apasionado por la fotografía, por eso este era un tema muy cercano para Memo, sin embargo, no se había ocupado de él. “Me dediqué a ser empresario y eso no deja mucho tiempo”.
Pero llegó un momento en el que Memo decidió que quería comunicar y mostrar muchas cosas que sentía. Estudió en el Instituto de Fotografía de Nueva York y se lo empezó a tomar muy en serio. Es disciplinado y todo lo que hace, lo hace con absoluta dedicación, así que con la fotografía no podía ser distinto.
“Comprendí la fotografía como un canal y me di cuenta de que por medio de ella le podía ayudar al planeta y a muchas personas que están ubicadas en zonas apartadas y que no tienen mucho acceso a actividades con las que puedan facturar, y que, si se beneficiaban de conservar, se animarían a conservar, ahí empezó mi interés en serio por la fotografía, yo soy más un fotógrafo de conservación que de naturaleza”, dice Memo.
Siente que su presente y su futuro están unidos inseparablemente a la cámara y a las muchas formas que ha ido encontrando de llevar su mensaje de conservación por medio de las fotografías: es embajador de varias entidades tanto colombianas como internacionales, se volvió un profesor apasionado y organiza tours fotográficos, en los que mezcla la enseñanza de las técnicas para hacer fotos con el contacto con la naturaleza, la valoración de la cultura de las comunidades locales y el mensaje de la conservación.
Memo ha sido desde hace años un aliado incondicional de la Agenda del Mar, ha participado en diversas actividades y publicaciones, y este año, nuevamente será uno de los jurados del “Concurso de Fotografía de la Agenda del Mar” que llega a su versión número 13.
