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El ARC Gloria al descubierto

La Agenda del Mar viajó a Cartagena para ver a nuestro buque escuela ARC Gloria en su mantenimiento quinquenal.

Colaboración de Jorge Prieto D. CN (RA)

Para la Armada Nacional es algo rutinario: cada cinco años se suspenden los cruceros de entrenamiento para realizar trabajos que duran hasta cinco meses. Para los colombianos que vemos a nuestro buque insignia navegando los mares del mundo no es rutinario ver al ARC Gloria desarmado con sus herrajes, velas, bronces y finas maderas resguardadas para protegerlo del hostil ambiente de un taller naval.

La visita fue en el astillero Cotecmar donde un sincroelevador saca del agua al ARC Gloria que desplaza 1 300 toneladas de agua. Queda sentado en la base de calzos de hierro y madera que ruedan 400 metros por rieles hasta llevarlo a lo que técnicamente se denomina posición de varada, el lugar en tierra donde se pueden realizar trabajos en la obra viva, que es el casco está dentro del agua.

La primera impresión es maravillosa. Desde lejos se parece a la maqueta a escala que tenemos en la Agenda del Mar. Nuestra maqueta tiene la obra viva de color rojo y acá el buque está todo blanco. El Comandante del Buque ARC Gloria, Capitán de Navío Camilo Gutiérrez, nos cuenta que aún no se aplica la pintura anticrustante que es la da ese color rojo característico.

El comandante, a sus 45 años, tiene 92 000 millas navegadas a bordo del Buque Gloria, una cifra que puede ser un récord para un oficial.  Ha cruzado el Atlántico y el Pacífico, navegado por el Mediterráneo y por los mares del este de Asia.  Ha dado la vuelta a Suramérica por los canales patagónicos y ha sido de Jefe de Cubierta, Jefe de Operaciones, Jefe de Embarque y Segundo Comandante. También fue comandante del buque de desembarco ARC “Bahía Solano”, de la patrullera ARC “Cortés”, y del remolcador ARC “Andagolla”. Nos parece que el Capitán Gutiérrez, aunque joven, es un lobo de mar que cumplirá muy bien la responsabilidad de comandar a 170 marinos -de los cuales 70 serán jóvenes aprendices- para cruzar el Caribe, el Atlántico, el mar del Norte y el Báltico.

“Los trabajos de mantenimiento representan la tranquilidad de poder ir al mar con seguridad y regresar sin novedades», subraya el comandante.  

Insistió en el profesionalismo que ha observado en los contratados por el astillero, y está agradecido por los que adelanta la tripulación del ARC Gloria, pues como siempre, para minimizar costos, hay trabajos que se hacen con fuerza propia. Su mayor preocupación es la seguridad en el buque por la cantidad de trabajos de metalmecánica a bordo. Nos cuenta que hay por lo menos 18 máquinas de soldadura y nos habla sobre las medidas que se toman, con base en las lecciones aprendidas, para evitar que se produzca un incendio.

Antes de subir a bordo, damos una vuelta alrededor del buque en tierra, es un enorme y hermoso edificio de acero de 40 m de alto y 76 m de largo, lo que los marinos llaman puntal y eslora; vemos el caso blanco lleno de números escritos con marcador.  La Teniente de Navío Eliana Tolosa Rincón, ingeniero jefe del ARC Gloria, nos explica que se trata de las calibraciones que se realizan al casco para determinar qué láminas de acero se deben cambiar por haberse disminuido su espesor, y que están en los límites de los parámetros de seguridad. Nos llama la atención que es una Teniente con menos de 30 años con experiencia en las reparaciones mayores en las fragatas Independiente y Caldas, ha navegado como Ingeniero jefe a bordo del cañonero fluvial ARC “Leticia”, y a bordo del ARC Gloria como oficial de propulsión. Ella es la primera mujer en 50 años del buque que ocupa el cargo de ingeniero Jefe, le correspondió hacerlo en trabajos de mantenimiento y reparaciones quinquenales, que es cuando más se requiere de la capacidad y compromiso del Ingeniero Jefe.

 

Nos explica el alcance de los trabajos, habla de tres toneladas de acero que se están cambiando, de la reconstrucción de la planta de tratamiento de aguas negras, de cientos de metros de tuberías a reponer, del cambio del sistema eléctrico de los chigres (molinetes o winches), del cambio de válvulas de casco, y del mantenimiento con fuerza propia al motor propulsor. Da crédito a la planeación realizada por sus antecesores y resume su responsabilidad como hacer seguimiento y control, sin embargo el que está llevando a cabo es un trabajo exigente, que demanda mucho tiempo, por lo que se nos ocurre preguntar por su vida personal y descubrimos que tiene una familia que la respalda, padres que ayudan con el cuidado de su hijo de dos años y un esposo que la apoya en su deseo de navegar seis meses lejos de su casa. ¿Qué esposo entiende esta situación? Lo comprendemos cuando nos cuenta que él es marino y que también ocupó el cargo de Ingeniero Jefe del ARC Gloria.

Ya a bordo el Teniente de Navío Fabián Velandia nos explica que el Departamento de Cubierta es esencial en un velero de este tipo, ya que son los responsables del mantenimiento de mástiles, botavara, vergas, obenques, estayes, velas, motones, cuadernales, cabrestante, sistema de fondeo, botes auxiliares, pescantes, pintura del casco, de los acabados de madera incluyendo la cubierta de teca, y como son los que en el mar maniobran las velas y trabajan por alto, se esmeran en que los mantenimientos quinquenales se hagan bien.

 

La mayoría de estos trabajos los realizan los contramaestres de a bordo, liderados por el contramaestre de cargo, Suboficial Jefe Jhonny Bula Silva, otros son realizados por el astillero Cotecmar, y supervisados por el Jefe del departamento de Cubierta, Capitán de Corbeta Diego Cruz; el más visible es el cambio de la cubierta de madera de teca de la toldilla, que es una sección de 180 metros cuadrados correspondiente a la tercera parte del buque.

Es impresionante ver la toldilla sin madera, una gran cantidad de láminas de acero cubierta de un manto vulcanizado para impermeabilizarla, con espárragos roscados soldados, a la espera de los 870 rumbos (tablones) de madera de teca, de 1,8 m de largo, por 12 cm de ancho por 9 cm de alto. A bordo pudimos ver como los carpinteros empezaban a presentar los rumbos, trabajo que requiere dedicación y paciencia. Estando allí nos encontramos a la Gerente del proyecto de Cotecmar, la ingeniera Diana Acuña, quien tiene la responsabilidad más alta por parte del astillero en las reparaciones, nos cuenta sobre la importancia de la coordinación de actividades de producción, adquisiciones, turnos, materiales, solución de problemas, trabajos adicionales…, habla con la tranquilidad de quien tiene todo bajo control y nos cuenta que están adelantados en el avance del proyecto.  

 

Luego bajamos hasta el cuarto de máquinas, nos llama la atención ver como protegen todos los equipos y sistemas, allí nos saluda el Suboficial Jefe Jorge Eliecer Rubio, jefe de máquinas, que se las sabe todas, nos cuenta con orgullo de sus motoristas y nos explica el alcance de los trabajos de fuerza propia. Seguimos el recorrido por el interior del buque pasamos por todos los sitios, incluso los vetados en puerto para personal ajeno a la tripulación, contamos más de 60 trabajadores permanentes, a los que se suman los 60 tripulantes de abordo.

El dato

El 20 de abril el buque deberá estar bajando al agua donde continuará trabajos en el muelle hasta finales de mayo

Al finalizar el recorrido estamos completamente agotados, entendemos ahora a que se refieren con la expresión “ambiente hostil del astillero”. Se trata del sol canicular de Cartagena que calienta el acero que no está refrigerado por el mar, los aires acondicionados y sistemas de agua potable asegurados, la gran cantidad de arena que la brisa trae a bordo, ruido de extractores, el aparente desorden de todas las cosas removidas de su lugar, el peso de los overoles, botas y cascos reglamentarios.  

Trabajar en estas condiciones no es nada fácil, afortunadamente hay hombres y mujeres que día a día llegan a este lugar a cumplir con su trabajo de manera comprometida y que gracias a ellos y a los que a lo largo de estos 50 años han realizado los trabajos de mantenimiento y de reparaciones, juiciosamente, esta joya de los colombianos estará presente ondeando nuestro pabellón en los mares durante muchos años más.

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