Al mando del embajador flotante

“No hay honor más grande para un marino que poder comandar el buque escuela e insignia de la Marina de Guerra. Es la mayor satisfacción que he tenido en mi carrera, es una experiencia única, irrepetible e inolvidable”, afirma el Capitán de Navío Hernando García Gómez, comandante del Buque Escuela ARC Gloria.

Su función, explica, es ejercer el mando del Buque, siendo el responsable de la administración, alistamiento, operación segura y eficiente del material, así como también de la moral, comportamiento, disciplina, entrenamiento y bienestar de la tripulación.

El camarote y la oficina del comandante son sus espacios preferidos del Gloria porque encierran en sus mamparos las enseñanzas de los antecesores y “nos recuerdan la soledad del mando y la grandeza de poder ser comandante”; mientras que su instrumento favorito es el pito “que con su agudo sonido logra atravesar los estruendosos sonidos del viento y la mar”. El que utiliza hoy es el mismo que tenía cuando se embarcó por primera vez.

Esta es la entrevista completa:

¿Cómo llega a ser Comandante del Buque Escuela ARC Gloria?

Para ser comandante se debe seguir un escalafón de cargos que permite tener la experiencia, conocimiento, sabiduría y madurez para poder llevar este velero a puerto seguro; poder dejar en cada tripulante el sello de la estirpe y templanza de los marinos que nos antecedieron. Tenemos un lema que dice: “Glorioso una vez, gloriosos por siempre”.

¿Qué se siente comandar el barco insignia de los colombianos?

No hay honor más grande para un marino que poder comandar el Buque Escuela e insignia de la Marina de Guerra. Es la mayor satisfacción que he tenido en mi carrera, es una experiencia única, irrepetible e inolvidable.

Hay una frase del señor almirante Benjamín Alzate Reyes (Q.E.P.D), primer comandante del Buque Escuela ARC Gloria que resume este sentimiento: “Los veleros siempre serán el símbolo de grandes tiempos pasados, de heroicas e incesantes hazañas contra el viento y contra el mar y que constituyen el mejor ejemplo de temple y entereza moral para la juventud”. Es el país en un buque.

¿Cuáles son sus tareas y responsabilidades como comandante del Gloria?

El comandante responde por todo, es tan grande la responsabilidad que la tradición dice que cuando el buque se hunde el comandante no lo abandona. La función del comandante es ejercer el mando del Buque, siendo el responsable de la administración, alistamiento, operación segura y eficiente del material, así como también de la moral, comportamiento, disciplina, entrenamiento y bienestar de la tripulación, sujeto a las leyes, reglamentos y disposiciones vigentes y a la observancia de las costumbres y tradiciones navales.

¿Qué es lo más emocionante que ha vivido desde que asumió este cargo?

Cada día en el mar es una aventura, una experiencia llena de enseñanzas, sentimientos encontrados, emociones indescriptibles y mucha responsabilidad. La rutina del Buque en el mar está colmada de muchas emociones y vivencias que encierra la vida a bordo, cada instante es un recorrido por el tiempo, el tiempo en el mar, el tiempo de la navegación a vela, el tiempo de las tradiciones y costumbres marineras, el tiempo de la fusión entre la antigüedad y la modernidad, el tiempo entre la juventud y la madurez de los años, el tiempo que es relativo y obedece a la visión de los marinos. Poder contemplar la inmensidad del mar y sentirse parte de este hermoso escenario no tiene comparación, la emoción de sentir el viento, el temporal, la lluvia, la noche, es sentirse vivo y bendecido por el Dios de los Mares.

¿Algún lugar que haya visitado a bordo del Gloria y que recuerde con cariño?

Cada puerto, cada país tiene su encanto, tiene su sello que nos marca y permite recordar con mucho cariño. Pero no existe puerto más hermoso que el de tu casa, donde te recibe tu familia, amigos y compañeros, para mí es Cartagena de Indias.

¿Alguna parte del barco como tal que más le gusta o intriga?

El lugar que más me ha marcado es el camarote y la oficina del comandante. Es un espacio que encierra en sus mamparos las enseñanzas de nuestros antecesores, toda nuestra historia como marina. Es el templo de nuestras tradiciones y costumbres, es un compartimento que conserva y nos recuerda a cada instante la razón de ser de quienes portamos el uniforme naval, nos recuerda la soledad del mando y la grandeza de poder ser comandante. Es un espacio lleno de simbolismo y significado, de pensamientos, sueños, preocupaciones y mucha satisfacción.

¿Cómo quiere ser recordado en un futuro?

Como un marino que cumplió con su misión.

¿Cuál es la ceremonia o ritual a bordo que más le gusta?

Los honores y órdenes con el pito de contramaestre. Usar y oír las diferentes pitadas durante el día y la noche nos recuerda nuestra esencia, nuestra naturaleza y nuestras tradiciones.

El pito marinero es un instrumento que con su agudo sonido logra atravesar los estruendosos sonidos del viento y la mar. Permite difundir las órdenes a lo largo y ancho del Buque y nos recuerda la vida a bordo, así como lo hicieron los primeros marinos para acompasar y sincronizar los remeros ancestrales. Posteriormente se utilizó para dirigir las maniobras de navegación y de combate. Hoy día es usando en las faenas marineras por los marinos que con su experiencia y destreza dirigen las duras maniobras en los buques tipo velero. Por eso el pito marinero es símbolo de mando y hace parte de la mayor herencia de las tradiciones navales. Este instrumento es portado permanentemente en el cuello con una rabiza, la cual es tejida por cada tripulante, dejando su sello personal utilizando diferentes tipos de nudos marineros, es una verdadera obra de arte, que nos acompaña durante toda nuestra vida. Yo utilizó el pito marinero que tenía cuando me embarque la primera vez.